sábado, 28 de marzo de 2009

PAYASOS Y MALABARISTAS EN PELLOTIHUE






Algo no cuadra. Si son de izquierdas (como dice la prensa que desinforma) qué hacen reunidos para salvar el sacrosanto mercado. La crisis del capitalismo tiene una única virtud: quita las caretas a sus protagonistas. En Santiago de Chile se reúnen hoy y mañana los presidentes progres muy preocupados por el devenir del sistema para intentar ayudar a su reconstrución. En la cumbre, obviamente, no está Cuba, ni Venezuela, ni Bolivia ni Ecuador. La izquierda es otra cosa.
Reunidos con el reto de encontrar respuestas globales para afrontar la crisis que vive hoy el capitalismo, comenzaba en la noche de ayer, en Viña del Mar, a cien kilómetros de Santiago, la sexta Cumbre de Líderes Progresistas, en la que participan los presidentes o jefes de Gobierno de siete países: José Luis Rodríguez Zapatero, que llegará hoy temprano; el británico Gordon Brown; Cristina Fernández, de Argentina; Lula da Silva, de Brasil; el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, y el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez.
Para el secretario de Estado de Trabajo y Pensiones del Reino Unido, James Purnell, que también intervino en el seminario, nuevamente "la socialdemocracia tiene que salvar al capitalismo del capitalismo". Pidió no enterrarlo ni elogiarlo, sino cambiarlo, apuntando hacia un capitalismo más igualitario y donde el poder se distribuya.El asesor del presidente Lula, Marco Aurelio García, se refirió a los progresistas ausentes en esta cumbre —la mayoría latinoamericanos— y pidió "respetar nuestras diferencias", que consideró como un síntoma de "diversidad". El progresismo, sostuvo, debe respetar, dialogar y entender a "los otros progresismos". También puso sobre la mesa otro concepto clave para los latinoamericanos que asisten a la cumbre, la integración.La visión que predominó en el seminario progresista es que la crisis es más amplia que una recesión económica, porque se sumó a los efectos previos del sobrecalentamiento global y al déficit de gobernabilidad de la globalización. Más claros en el diagnóstico que en las respuestas, existía concenso en que la crisis es una oportunidad para la construcción de respuestas globales y concertadas.
El discurso de todos ellos es responsabilizar al neolineralismo de la crisis del capitalismo, pretenden que los pueblos olviden que ellos, bajo la etiqueta de progresistas, hacen prácticas económicas iguales. Ese es el juego.

De Insurgente
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