jueves, 27 de octubre de 2016

EL CAPO DE LAS DROGAS DEL FUTURO

Zhenli Ye Gon: el capo del cartel y las drogas invisibles
En 2008 los antigripales comunes desaparecieron en las farmacias mexicanas. Una ley aprobada ese año prohibía la importación de efedrina y pseudoefedrina al país. Estas sustancias no solo ayudan a aliviar los resfriados, también son ingredientes esenciales de la metanfetamina, una de las drogas más consumidas del mundo. Detrás de la medida hay un caso de narcotráfico, corrupción y dinero: 207 millones de dólares para ser exactos, en efectivo, escondidos tras las paredes de una lujosa residencia en la Ciudad de México. Su protagonista es un misterioso empresario llamado Zhenli Ye Gon. La pronunciación de este nombre en mandarín es un reto para los mexicanos, por eso le han apodado El Chino. Según documentos de la Procuraduría General de la República (PGR), ese también era su pseudónimo en la red de distribución de metanfetaminas que encabezaba.
Entre 2007 y 2008, las autoridades mexicanas y la DEA arrestaron a más de 30 personas relacionadas con el empresario chino, tanto en México como Estados Unidos. La mayoría de sus procesos judiciales se derrumbaron a falta de evidencia, incluido el del mismo Ye Gon en una corte federal de Washington D.C. Después de nueve años en un limbo legal entre ambos países, Ye Gon ha sido extraditado a México donde enfrenta 12 cargos, muchos de los cuales ni la fiscalía estadounidense ni la DEA pudieron comprobar o por lo menos presentar ante un tribunal. La llamada Operación Dragón marcó el inicio de la guerra contra el narcotráfico del expresidente Felipe Calderón. Pero casi una década después, esta se ha convertido en una sombra incómoda para el gobierno de Enrique Peña Nieto.
El inicio de este caso fue digno de un episodio de narconovela. En marzo de 2007, un grupo de agentes de la Policía Federal arribó a la mansión de Ye Gon en Las Lomas, la exclusiva zona de la capital mexicana donde se encuentra la residencia del magnate Carlos Slim y la polémica casa blanca asociada a la primera dama Angélica Rivera. Los agentes buscaban al empresario de origen chino por importar más de 20 toneladas de un químico, que según pruebas de la aduana mexicana, podrían utilizarse para la producción de efedrina y pseudoefedrina. Ye Gon no contaba con permisos para realizar ese proceso. La investigación de las autoridades mexicanas apuntaba a que el empresario producía estas sustancias para venderlas a los traficantes de metanfetaminas.
Ese día, la policía no encontró a Ye Gon en su residencia, solo hallaron su dinero. En un cuarto secreto junto a su habitación había cientos de maletas y gavetas repletas de billetes. Todas fueron transportadas a la PGR, donde el dinero fue contado y ordenado en una gran estructura rectangular. La Procuraduría la presentó ante los medios como la fortuna derivada de la venta de drogas sintéticas. Aquella imagen sirvió de inspiración para el show Breaking Bad y la telenovela El Señor de los Cielos. También se ha convertido en un meme en las redes sociales que se utiliza para expresar regocijo cuando arriba la quincena.
Unos días antes de la redada, Ye Gon había escapado a Estados Unidos para librar su arresto. Desde Nueva York ofreció una explicación maquiavélica sobre el origen del dinero hallado en su mansión. En una entrevista con AP aseguró que unos meses antes de la elección presidencial de 2006, una célula del Partido Acción Nacional arribó a su oficina para darle una instrucción: esconder en su residencia cientos de millones de dólares en efectivo que servirían para financiar la campaña del entonces candidato Felipe Calderón. Según el testimonio, el partido buscaba cobrarle el favor a Ye Gon por haberle abierto las puertas de México. “Cooperas o cuello”, fue la amenaza de uno de los enviados, que con el español precario de Ye Gon sonó como “copelas o cuello”. Esta frase se convirtió en parte del lenguaje común entre los mexicanos y una nueva versión del “plata o plomo” de los narcotraficantes. Calderón y su partido han negado rotundamente esta versión. El expresidente lo llamó “un cuento chino”.
Hasta el día de la redada en Las Lomas, el nombre Zhenli Ye Gon nunca se había mencionado en los medios nacionales. Sus vecinos dicen que mantenía un perfil discreto, su relación con él no trascendió los “buenos días”. Lo poco que se sabe de él es lo descrito en los expedientes de la PGR y la fiscalía de Washington. Según estos documentos, Ye Gon nació en Shanghái en 1963. Llegó a México en los noventa para casarse. Su prometida, Tomoiyi Marx, una mexicana de ascendencia china, lo eligió a él cuando vio su fotografía. Sus padres se le habían mostrado junto con las de otros pretendientes.
Después de su boda en 1990, sus cuñados lo invitaron a unirse al negocio familiar de importaciones de juguetes, pero unos años más tarde optó por crear su propia empresa en un sector más lucrativo: el farmacéutico. Su compañía Unimed se convirtió en una de las principales distribuidoras de efedrina y pseudoefedrina en México, sustancias que importaba de China, según el expediente de la PGR. El éxito de su negocio le permitió mudarse a Las Lomas, conducir autos de lujo y convertirse en un apostador de alto nivel en el casino Venetian-Palazzo en Las Vegas.
El futuro de Unimed se vio amenazado en 2005, cuando el Gobierno Mexicano limitó las importaciones de efedrina y pseudoefedrina. La decisión surgió a raíz de un reporte que reveló que el país importaba más del triple de lo necesario de estas sustancias para la demanda de las farmacéuticas. El excedente sólo podía terminar en el mercado negro, concluyó el reporte, pero no hubo indicios de que el Gobierno iniciara una investigación para encontrar a sus comerciantes. Bajo la nueva política, Unimed había quedado fuera del negocio de estos químicos. Por esta razón, según los documentos de la PGR, Ye Gon comenzó a importar sustancias con nombres falsos con lo que podría fabricar estas sustancias y más tarde vendérselas al narco mexicano.
La PGR lo asoció con el Cártel de Sinaloa y Los Zetas, pero en los expedientes judiciales no se mencionan estos vínculos. Tampoco salieron a colación cuando Ye Gon fue arrestado y procesado en Estados Unidos, unos días después de su fuga. Ante la falta de evidencia proveniente de México y la retractación de tres testigos clave para la fiscalía, un juez federal en Washington dio por cerrado el caso y liberó a Ye Gon de sus cargos por narcotráfico en Estados Unidos.
Las pruebas necesarias para su proceso en México se han borrado con el paso de los años. El Gobierno Mexicano gastó los 207 millones de dólares decomisados en la construcción de centros de rehabilitación, la remodelación de oficinas y la compra de equipo para sus fuerzas policiacas. Su planta farmacéutica en Toluca es ahora un centro de mando para la policía del Estado de México. La mayoría de los agentes que trabajaron en la Operación Dragón ya no trabajan en la PGR, el resto ha fallecido. Sin estos elementos será difícil revelar la verdadera naturaleza de Ye Gon. La administración de Calderón lo llamó uno de los principales distribuidores de metanfetaminas del hemisferio occidental. La fiscal a cargo de su extradición en Estados Unidos lo describió simplemente como un empresario avaro que le vendía sus productos a cualquiera dispuesto a pagar. El juicio que enfrentará en México solo podrá darle la razón a uno de los dos.
El País

viernes, 21 de octubre de 2016

PARA UN MUNDO DEFINITIVAMENTE MEJOR

¿Hay alternativa al modelo económico neoliberal?

El diario

Queremos plantearnos si existen alternativas de transición a una economía más justa, contribuir a que la izquierda ofrezca nuevas metas y abandonar un discurso conservador por otro estimulante de un modelo alternativo


A lo largo de los últimos 30 años, la ideología neoliberal se ha materializado en un modelo económico a escala nacional y global que está llevando a una pérdida del bienestar colectivo cada vez más evidente.
La ideología de la izquierda ha permanecido a la defensiva, añorando una vuelta a los dorados años del Estado de bienestar como paradigma de referencia. Sin renunciar a destacar los avances conseguidos en el pasado, la izquierda necesita redefinir sus propuestas y subrayar sus ideales.
 El Foro de Economía Progresista quiere ser un espacio de diálogo libre, no atado a la coyuntura ni a disciplinas partidistas, que contribuya a la generación de una corriente de pensamiento económico alternativo, en las condiciones del siglo XXI.

El modelo económico neoliberal inició en los años 80 del pasado siglo una ofensiva ideológica potente, con mensajes muy sencillos y contundentes. A lo largo de los últimos 30 años, esa ideología se ha materializado en un modelo económico a escala nacional y global cuyos resultados (desigualdad creciente, pobreza y exclusión social, precarización del mercado de trabajo, deterioro medioambiental grave, dominio de lo especulativo y deterioro de la democracia, por resaltar algunos de ellos) están llevando a una pérdida del bienestar colectivo cada vez más evidente.
Pero quizás lo más grave es que esa ofensiva está consiguiendo sustituir valores tradicionales que dábamos por indiscutidos –como la solidaridad, la justicia y la igualdad– por otros como el individualismo, la competencia egoísta, el menosprecio de lo público y la percepción de la pobreza y el desempleo como consecuencia de la pereza.
Ante ese desolador panorama, la ideología de la izquierda ha permanecido a la defensiva, añorando una vuelta a los dorados años del Estado de bienestar como paradigma de referencia, más aún después de los estragos sociales causados por la crisis y las políticas austericidas en Europa. Las opciones progresistas carecen de un hilo argumental suficientemente explicativo –sobre por qué pasa todo lo que pasa– ni adecuadamente prescriptivo –sobre la dirección en la que avanzar y las políticas que proponer–.
Un grupo de personas, de amplio espectro profesional e ideológico, que partimos de una tradición ideológica de izquierdas y de fidelidad a los valores básicos de libertad, igualdad, fraternidad y solidaridad, nos reunimos desde hace meses en un Foro de debate que hemos denominado de "economía progresista". Los días 20 y 21 celebraremos unas primeras jornadas que pretendemos que sirvan de recopilación de nuestros debates de meses pasados, de presentación pública y de lanzamiento de actividad para los próximos meses.
Queremos plantearnos si existen alternativas de transición a una economía más justa. No tenemos una respuesta de salida y por ello concebimos el trabajo como una "marcha" hacia terrenos poco conocidos, con el enriquecimiento de diferentes disciplinas y apoyada en la generosidad de los participantes en el Foro para incorporar todos los elementos valiosos que vayan aportando sus miembros.
Partimos de la convicción de que vivimos en un tiempo caracterizado por muchos nuevos fenómenos que no se acomodan a esquemas preestablecidos. Fenómenos como la amenaza a la sostenibilidad de la vida humana en el planeta, la digitalización de la sociedad, la financiarización de la economía, el agravamiento brutal de las desigualdades, las graves amenazas a la autonomía del poder político y la democracia…
Ante este escenario, el Foro quiere ser un espacio de diálogo libre, no atado a la coyuntura ni a disciplinas partidistas, que contribuya a la generación de una corriente de pensamiento económico alternativo. Queremos contribuir a definir los elementos básicos de una visión alternativa al neoliberalismo, que supere también, en las condiciones del siglo XXI, los presupuestos ideológicos de la socialdemocracia del siglo XX. Para ello nos interrogaremos sobre la situación actual del sistema capitalista, y el modelo neoliberal que ha adoptado, recogiendo las principales reflexiones existentes, aportando nuestro propio esfuerzo y dialogando con intelectuales que en otros países están buscando también respuestas a la actual situación.
Queremos contribuir a que los valores de progreso y justicia vuelvan a situarse en el centro de las preferencias sociales, a que la izquierda renueve un discurso ilusionante, a que las posturas progresistas ofrezcan nuevas metas y proyectos, a abandonar un discurso simplemente conservador de lo que consiguió, por otro estimulante de un modelo alternativo para el siglo XXI.
Sin renunciar a destacar los avances conseguidos en el pasado, la izquierda necesita redefinir sus propuestas y subrayar sus ideales. Para ello, es preciso sentar bases sólidas, en un debate riguroso que identifique los cambios radicales que se han producido respecto al pasado siglo y cómo deben adaptarse las propuestas y soluciones.
Confiamos en que el Foro de Economía Progresista, gracias a todas las personas que en él debaten aportan, sea un instrumento eficaz en ese camino.