jueves, 27 de octubre de 2016

EL CAPO DE LAS DROGAS DEL FUTURO

Zhenli Ye Gon: el capo del cartel y las drogas invisibles
En 2008 los antigripales comunes desaparecieron en las farmacias mexicanas. Una ley aprobada ese año prohibía la importación de efedrina y pseudoefedrina al país. Estas sustancias no solo ayudan a aliviar los resfriados, también son ingredientes esenciales de la metanfetamina, una de las drogas más consumidas del mundo. Detrás de la medida hay un caso de narcotráfico, corrupción y dinero: 207 millones de dólares para ser exactos, en efectivo, escondidos tras las paredes de una lujosa residencia en la Ciudad de México. Su protagonista es un misterioso empresario llamado Zhenli Ye Gon. La pronunciación de este nombre en mandarín es un reto para los mexicanos, por eso le han apodado El Chino. Según documentos de la Procuraduría General de la República (PGR), ese también era su pseudónimo en la red de distribución de metanfetaminas que encabezaba.
Entre 2007 y 2008, las autoridades mexicanas y la DEA arrestaron a más de 30 personas relacionadas con el empresario chino, tanto en México como Estados Unidos. La mayoría de sus procesos judiciales se derrumbaron a falta de evidencia, incluido el del mismo Ye Gon en una corte federal de Washington D.C. Después de nueve años en un limbo legal entre ambos países, Ye Gon ha sido extraditado a México donde enfrenta 12 cargos, muchos de los cuales ni la fiscalía estadounidense ni la DEA pudieron comprobar o por lo menos presentar ante un tribunal. La llamada Operación Dragón marcó el inicio de la guerra contra el narcotráfico del expresidente Felipe Calderón. Pero casi una década después, esta se ha convertido en una sombra incómoda para el gobierno de Enrique Peña Nieto.
El inicio de este caso fue digno de un episodio de narconovela. En marzo de 2007, un grupo de agentes de la Policía Federal arribó a la mansión de Ye Gon en Las Lomas, la exclusiva zona de la capital mexicana donde se encuentra la residencia del magnate Carlos Slim y la polémica casa blanca asociada a la primera dama Angélica Rivera. Los agentes buscaban al empresario de origen chino por importar más de 20 toneladas de un químico, que según pruebas de la aduana mexicana, podrían utilizarse para la producción de efedrina y pseudoefedrina. Ye Gon no contaba con permisos para realizar ese proceso. La investigación de las autoridades mexicanas apuntaba a que el empresario producía estas sustancias para venderlas a los traficantes de metanfetaminas.
Ese día, la policía no encontró a Ye Gon en su residencia, solo hallaron su dinero. En un cuarto secreto junto a su habitación había cientos de maletas y gavetas repletas de billetes. Todas fueron transportadas a la PGR, donde el dinero fue contado y ordenado en una gran estructura rectangular. La Procuraduría la presentó ante los medios como la fortuna derivada de la venta de drogas sintéticas. Aquella imagen sirvió de inspiración para el show Breaking Bad y la telenovela El Señor de los Cielos. También se ha convertido en un meme en las redes sociales que se utiliza para expresar regocijo cuando arriba la quincena.
Unos días antes de la redada, Ye Gon había escapado a Estados Unidos para librar su arresto. Desde Nueva York ofreció una explicación maquiavélica sobre el origen del dinero hallado en su mansión. En una entrevista con AP aseguró que unos meses antes de la elección presidencial de 2006, una célula del Partido Acción Nacional arribó a su oficina para darle una instrucción: esconder en su residencia cientos de millones de dólares en efectivo que servirían para financiar la campaña del entonces candidato Felipe Calderón. Según el testimonio, el partido buscaba cobrarle el favor a Ye Gon por haberle abierto las puertas de México. “Cooperas o cuello”, fue la amenaza de uno de los enviados, que con el español precario de Ye Gon sonó como “copelas o cuello”. Esta frase se convirtió en parte del lenguaje común entre los mexicanos y una nueva versión del “plata o plomo” de los narcotraficantes. Calderón y su partido han negado rotundamente esta versión. El expresidente lo llamó “un cuento chino”.
Hasta el día de la redada en Las Lomas, el nombre Zhenli Ye Gon nunca se había mencionado en los medios nacionales. Sus vecinos dicen que mantenía un perfil discreto, su relación con él no trascendió los “buenos días”. Lo poco que se sabe de él es lo descrito en los expedientes de la PGR y la fiscalía de Washington. Según estos documentos, Ye Gon nació en Shanghái en 1963. Llegó a México en los noventa para casarse. Su prometida, Tomoiyi Marx, una mexicana de ascendencia china, lo eligió a él cuando vio su fotografía. Sus padres se le habían mostrado junto con las de otros pretendientes.
Después de su boda en 1990, sus cuñados lo invitaron a unirse al negocio familiar de importaciones de juguetes, pero unos años más tarde optó por crear su propia empresa en un sector más lucrativo: el farmacéutico. Su compañía Unimed se convirtió en una de las principales distribuidoras de efedrina y pseudoefedrina en México, sustancias que importaba de China, según el expediente de la PGR. El éxito de su negocio le permitió mudarse a Las Lomas, conducir autos de lujo y convertirse en un apostador de alto nivel en el casino Venetian-Palazzo en Las Vegas.
El futuro de Unimed se vio amenazado en 2005, cuando el Gobierno Mexicano limitó las importaciones de efedrina y pseudoefedrina. La decisión surgió a raíz de un reporte que reveló que el país importaba más del triple de lo necesario de estas sustancias para la demanda de las farmacéuticas. El excedente sólo podía terminar en el mercado negro, concluyó el reporte, pero no hubo indicios de que el Gobierno iniciara una investigación para encontrar a sus comerciantes. Bajo la nueva política, Unimed había quedado fuera del negocio de estos químicos. Por esta razón, según los documentos de la PGR, Ye Gon comenzó a importar sustancias con nombres falsos con lo que podría fabricar estas sustancias y más tarde vendérselas al narco mexicano.
La PGR lo asoció con el Cártel de Sinaloa y Los Zetas, pero en los expedientes judiciales no se mencionan estos vínculos. Tampoco salieron a colación cuando Ye Gon fue arrestado y procesado en Estados Unidos, unos días después de su fuga. Ante la falta de evidencia proveniente de México y la retractación de tres testigos clave para la fiscalía, un juez federal en Washington dio por cerrado el caso y liberó a Ye Gon de sus cargos por narcotráfico en Estados Unidos.
Las pruebas necesarias para su proceso en México se han borrado con el paso de los años. El Gobierno Mexicano gastó los 207 millones de dólares decomisados en la construcción de centros de rehabilitación, la remodelación de oficinas y la compra de equipo para sus fuerzas policiacas. Su planta farmacéutica en Toluca es ahora un centro de mando para la policía del Estado de México. La mayoría de los agentes que trabajaron en la Operación Dragón ya no trabajan en la PGR, el resto ha fallecido. Sin estos elementos será difícil revelar la verdadera naturaleza de Ye Gon. La administración de Calderón lo llamó uno de los principales distribuidores de metanfetaminas del hemisferio occidental. La fiscal a cargo de su extradición en Estados Unidos lo describió simplemente como un empresario avaro que le vendía sus productos a cualquiera dispuesto a pagar. El juicio que enfrentará en México solo podrá darle la razón a uno de los dos.
El País

viernes, 21 de octubre de 2016

PARA UN MUNDO DEFINITIVAMENTE MEJOR

¿Hay alternativa al modelo económico neoliberal?

El diario

Queremos plantearnos si existen alternativas de transición a una economía más justa, contribuir a que la izquierda ofrezca nuevas metas y abandonar un discurso conservador por otro estimulante de un modelo alternativo


A lo largo de los últimos 30 años, la ideología neoliberal se ha materializado en un modelo económico a escala nacional y global que está llevando a una pérdida del bienestar colectivo cada vez más evidente.
La ideología de la izquierda ha permanecido a la defensiva, añorando una vuelta a los dorados años del Estado de bienestar como paradigma de referencia. Sin renunciar a destacar los avances conseguidos en el pasado, la izquierda necesita redefinir sus propuestas y subrayar sus ideales.
 El Foro de Economía Progresista quiere ser un espacio de diálogo libre, no atado a la coyuntura ni a disciplinas partidistas, que contribuya a la generación de una corriente de pensamiento económico alternativo, en las condiciones del siglo XXI.

El modelo económico neoliberal inició en los años 80 del pasado siglo una ofensiva ideológica potente, con mensajes muy sencillos y contundentes. A lo largo de los últimos 30 años, esa ideología se ha materializado en un modelo económico a escala nacional y global cuyos resultados (desigualdad creciente, pobreza y exclusión social, precarización del mercado de trabajo, deterioro medioambiental grave, dominio de lo especulativo y deterioro de la democracia, por resaltar algunos de ellos) están llevando a una pérdida del bienestar colectivo cada vez más evidente.
Pero quizás lo más grave es que esa ofensiva está consiguiendo sustituir valores tradicionales que dábamos por indiscutidos –como la solidaridad, la justicia y la igualdad– por otros como el individualismo, la competencia egoísta, el menosprecio de lo público y la percepción de la pobreza y el desempleo como consecuencia de la pereza.
Ante ese desolador panorama, la ideología de la izquierda ha permanecido a la defensiva, añorando una vuelta a los dorados años del Estado de bienestar como paradigma de referencia, más aún después de los estragos sociales causados por la crisis y las políticas austericidas en Europa. Las opciones progresistas carecen de un hilo argumental suficientemente explicativo –sobre por qué pasa todo lo que pasa– ni adecuadamente prescriptivo –sobre la dirección en la que avanzar y las políticas que proponer–.
Un grupo de personas, de amplio espectro profesional e ideológico, que partimos de una tradición ideológica de izquierdas y de fidelidad a los valores básicos de libertad, igualdad, fraternidad y solidaridad, nos reunimos desde hace meses en un Foro de debate que hemos denominado de "economía progresista". Los días 20 y 21 celebraremos unas primeras jornadas que pretendemos que sirvan de recopilación de nuestros debates de meses pasados, de presentación pública y de lanzamiento de actividad para los próximos meses.
Queremos plantearnos si existen alternativas de transición a una economía más justa. No tenemos una respuesta de salida y por ello concebimos el trabajo como una "marcha" hacia terrenos poco conocidos, con el enriquecimiento de diferentes disciplinas y apoyada en la generosidad de los participantes en el Foro para incorporar todos los elementos valiosos que vayan aportando sus miembros.
Partimos de la convicción de que vivimos en un tiempo caracterizado por muchos nuevos fenómenos que no se acomodan a esquemas preestablecidos. Fenómenos como la amenaza a la sostenibilidad de la vida humana en el planeta, la digitalización de la sociedad, la financiarización de la economía, el agravamiento brutal de las desigualdades, las graves amenazas a la autonomía del poder político y la democracia…
Ante este escenario, el Foro quiere ser un espacio de diálogo libre, no atado a la coyuntura ni a disciplinas partidistas, que contribuya a la generación de una corriente de pensamiento económico alternativo. Queremos contribuir a definir los elementos básicos de una visión alternativa al neoliberalismo, que supere también, en las condiciones del siglo XXI, los presupuestos ideológicos de la socialdemocracia del siglo XX. Para ello nos interrogaremos sobre la situación actual del sistema capitalista, y el modelo neoliberal que ha adoptado, recogiendo las principales reflexiones existentes, aportando nuestro propio esfuerzo y dialogando con intelectuales que en otros países están buscando también respuestas a la actual situación.
Queremos contribuir a que los valores de progreso y justicia vuelvan a situarse en el centro de las preferencias sociales, a que la izquierda renueve un discurso ilusionante, a que las posturas progresistas ofrezcan nuevas metas y proyectos, a abandonar un discurso simplemente conservador de lo que consiguió, por otro estimulante de un modelo alternativo para el siglo XXI.
Sin renunciar a destacar los avances conseguidos en el pasado, la izquierda necesita redefinir sus propuestas y subrayar sus ideales. Para ello, es preciso sentar bases sólidas, en un debate riguroso que identifique los cambios radicales que se han producido respecto al pasado siglo y cómo deben adaptarse las propuestas y soluciones.
Confiamos en que el Foro de Economía Progresista, gracias a todas las personas que en él debaten aportan, sea un instrumento eficaz en ese camino.


martes, 27 de septiembre de 2016

UNA SUTIL FORMA DE VIOLENCIA

Violencia y prostitución
Sexualidad masculina y prostitución


El pasado 23 de septiembre fue el Día internacional contra la explotación sexual y el tráfico de mujeres, niñas y niños. El autor nos recuerda que el 95% de las personas en situación de prostitución son mujeres.
No se comprende el patriarcado si no se considera toda la violencia, real y simbólica, que configura el fenómeno de la prostitución. Violencia simbólica,porque todas los estudios coinciden en que en torno al 95% de las personas en situación de prostitución son mujeres, y el 5% restante son hombres gays o transexuales. Y en todos los casos la prostitución se ejerce al servicio del hombre, excepto en un porcentaje claramente residual -máximo el 1%- de casos, en los que es la mujer la que busca sexo con un hombre en prostitución. A su vez, otros estudios indican que solamente un porcentaje también puramente testimonial -máximo el 1%- de la riqueza mundial está en manos de mujeres. Los datos dejan entrever una cruda realidad: que en este mundo, la prostitución es proporcional a la desigualdad económica entre hombres y mujeres. 
Género y economía se complementan en el fenómeno de la prostitución. -“Me prostituyo para que mi hija no tenga que hacer lo mismo”, comentó una mujer. Prostitución y violencia sexual masculina (simbólica y real) se nutren mutuamente. La prostitución como ritual social, o como escuela de sexualidad, aún impone al hombre un concepto de virilidad profundamente alejado de sus propios y más genuinos sentimientos; aún conforma un patrón, realmente violento, de sexualidad. Víctima de una profunda inmadurez emocional, el mal llamado ‛usuario’ de prostitución es impelido socialmente a relacionarse con unas mujeres a las que, tanto por el estigma social, como por su propia falta de empatía personal, considera inferiores (según foros machistas: ‛guarras’, ‛ninfómanas’, ‛les gusta que les peguen y les violen’ y un largo etcétera de insultos y vejaciones). Invalidado para satisfacer sus auténticos deseos, las relaciones se tornan compulsivas. Sobreabundancia de estímulos y drogas, imperativo del número de coitos, deseos estrafalarios, hombres en grupo, una mujer tras otra o muchas a la vez... sólo le importa alimentar la fantasía de que la próxima vez ya no va a ser igual. Incapaz de relacionarse en igualdad, el mal llamado ‛cliente’ frecuentemente mantiene relaciones sexuales despojadas de todo su rico potencial lúdico o amoroso, y despojadas del más mínimo sentido ético: maltrata y desprecia, conculca derechos, acude a todo tipo de tretas y engaños para abusar, para pagar menos o para quitarse el condón.Extralimitaciones que embrutecen cada vez más su sexualidad, acaba por excitarle la violencia de someter, la violencia de humillar. Finalmente paga para sustraer dignidad.
La violencia sexual masculina (real y simbólica) articula la relación entre la prostitución y una de las actividades ilícitas más violenta y lucrativa del planeta, como es la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual. El negocio clandestino de la trata es inherente al fenómeno de la prostitución. Él, el hombre prostituyente, no quiere saber nada acerca de las circunstancias de la mujer a la que está prostituyendo; muy al contrario, a menudo sólo le interesa que se cumplan condiciones que redunden en su extrema vulnerabilidad: sin documentación, menores y vírgenes, o con la seguridad de poder tener relaciones sin protección. El hombre que acude al mercado de la trata requiere garantías de plena sumisión, y exige el poder de violar y humillar con absoluta impunidad. En el contexto neoliberal, con la industria del sexo en constante alza, las mafias de trata abastecen buena parte de los mercados occidentales: rumanas, nigerianas, camboyanas o brasileñas; da igual el origen de la mercancía, sólo interesan los ojos rasgados, una voz ‛sensual’ o la piel negra. El supuesto exotismo racial actúa como escaparate de unos agujeros puestos en venta una y otra vez. Machismo, racismo y clasismo estructuran los mercados de trata y prostitución. Vidas secuestradas y esclavizadas, derechos humanos vulnerados, mujeres profundamente humilladas hasta la completa despersonalización se contraponen a captadores, pasantes, traficantes y empresarios de burdeles que se confabulan en poderosas mafias, que obtienen grandísimos beneficios y que se sostienen, en su base, sobre todos y cada uno de los hombres que acuden a prostituir.
La existencia de estas redes transnacionales sólo es posible con la connivencia de políticos y legisladores, de organismos e instituciones públicas nacionales e internacionales. ¿Cómo se puede entender que una mujer, liberada de la red, denuncie a ésta y en consecuencia su familia sea represaliada? ¿Cómo se puede entender que una mujer, liberada de la red, y que por miedo no la denuncia, sea deportada y vuelta a capturar por la misma red? Sociedad occidental, racista, clasista y patriarcal, destino fundamental de redes de trata (de mujeres, y de niñas) porque no hay igualdad ni justicia social. Porque las políticas de prevención y persecución de la violencia de género todavía son claramente insuficientes. Y porque el alto porcentaje de hombres que acude a prostituir tampoco ha recibido, aún, la suficiente educación sexual.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.


martes, 20 de septiembre de 2016

EN EL ABISMO


La humanidad está naufragando y no queda mucho tiempo para seguir equivocándose
Es ya una cuestión de supervivencia



La humanidad está naufragando. El deterioro ecológico acelerado, la profundización de las desigualdades en todos los ejes de dominación y la crisis de legitimidad política –con su derivada del crecimiento de los movimientos xenófobos y neofascistas– amenazan con colapsar nuestra civilización. Es urgente abordar la crisis, no queda mucho tiempo para seguir equivocándose.Después de décadas de aplicación de capitalismo neoliberal, hemos topado con los límites del planeta. Los territorios de los países empobrecidos, utilizados como mina y vertedero, también dan síntomas de agotamiento, tanto de energía y materiales, en el mantenimiento de los ciclos naturales, así como en la capacidad regenerativa de la biosfera.
El cambio climático es ya tan evidente que el negacionismo, tan eficazmente impulsado por los grandes lobbies transnacionales, retrocede. Aunque, como hemos visto en la última Cumbre de París, esa consciencia no se traduzca en decisiones reales que permitan plantar cara a los problemas cruciales que hemos de afrontar. Más bien, nos encontramos con las propuestas de un capitalismo disfrazado de verde y tecnoeficiente que se ofrece a resolver los problemas que él mismo ha causado.
Hay quien dice que el deterioro ecológico ha sido el precio pagado para alcanzar el bienestar, pero no es así. A la vez que se destruye la naturaleza, se profundizan las desigualdades en todos los ejes de dominación. Se ha agravado la situación de las poblaciones más empobrecidas que llevan décadas sufriendo esta guerra encubierta y los indicadores muestran cómo crece la distancia entre el Norte Global y el Sur Global.
Y las desigualdades también se agrandan en las llamadas sociedades del bienestar: buena parte de la población es precaria y millones de personas se encuentran hoy en día en una situación de exclusión. Especialmente sangrante es la situación de migrantes y refugiadas. Desposeídas de su derecho a permanecer y expulsadas de sus territorios, muchas personas hacen el mismo viaje que las materias primas y los flujos de riqueza, hasta que se encuentran las vallas de la vergüenza, que permiten la entrada de los recursos expoliados y de los capitales pero no así de quienes tratan de escapar de la miseria o la guerra.
Millones de personas están en paro y muchas personas empleadas son pobres. El empleo, base sobre la que se construye en las sociedades occidentales el bienestar, ya no es espacio de derechos y las propias condiciones laborales generan pobreza.
Así las cosas, muchos seres humanos solo cuentan con el colchón familiar para tratar de eludir la miseria. Y dentro de los hogares, en los que predominan las relaciones patriarcales y desiguales, son las mujeres las que en mayor medida cargan con las tareas que se dejan de cubrir con los recursos públicos. Son quienes cargan con el trabajo y las tensiones que se derivan de la resolución de las necesidades cotidianas en contextos de miseria y sufren en sus cuerpos la violencia del conflicto.
Paradójicamente, a pesar de que las señales de desastre son cada vez más claras y más explícitas, los poderes económico y político y las mayorías sociales siguen actuando como si la crisis global no existiese. La inviabilidad material del modelo productivo global y sus nefastas consecuencias sobre amplios sectores de la población permanece fuera de los debates públicos y de las urgencias de las agendas políticas al uso.
Solo se podrá abordar esta crisis compleja reorientando el metabolismo social, de forma que no se fuerce a las personas a competir absurdamente contra aquello a lo que le deben la vida. Nos atrevemos a apuntar algunos principios básicos que son insoslayables en esta reorientación.
El primero, el inevitable decrecimiento de la esfera material de la economía. Se decrecerá materialmente por las bue- nas (de forma planificada, democrática y justa) o por las malas (a costa de la expulsión y precariedad de muchos).
El segundo, el radical reparto de la riqueza y de las obligaciones y la necesidad de reorganizar los trabajos, todos los trabajos. Luchar contra la pobreza es lo mismo que luchar contra la excesiva acumulación. Será obligado, entonces, distribuir el acceso a la riqueza, poner límites a los excesos materiales y aplicar el principio de suficiencia, poniendo como eje central la equidad.
Esta transición no será sencilla ni podrá ser realizada sin conflicto. ¿Sería posible afrontar este cambio sin que los poderosos y ricos sientan que las soluciones que permitan resolver la crisis civilizatoria amenazan su posición? ¿Pueden mantenerse los privilegios de las elites a la vez que se garantiza una vida decente a las mayorías y asegura la sostenibilidad ecológica?
Sobre todos estos temas pretendemos debatir y reflexionar en los III Encuentros Ecosocialistas Internacionales (www.ecosoc.org), que se celebran en Bilbo el 23, 24 y 25 de septiembre y que tratan de seguir profundizando los diálogos y propuestas ya iniciadas en Ginebra (2014) y en Madrid (2015).
Al igual que en los encuentros anteriores, en Bilbo se darán cita sindicalistas, ecologistas, feministas, organizaciones políticas, movimientos sociales, etc. de diversas procedencias geográficas. Es un debate necesario que pretende abordar la situación actual con toda su complejidad, sus contradicciones y dificultades. Poner en colectivo los análisis y propuestas que cada una hacemos por separado, nos puede ayudar a vislumbrar posibilidades y propuestas para abordar las urgentes y necesarias transiciones.
Es ya una cuestión de supervivencia.
Fuente: http://www.naiz.eus/es/iritzia/articulos/es-ya-una-cuestion-de-supervivencia
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

jueves, 11 de febrero de 2016

Y NO SE PUDO, OBAMA MARICONEO

Los años de Obama



A unos meses de cerrarse los ochos años de la presidencia de Obama, puede decirse que su etapa no ha sido peor que la de Bush, pero tampoco la ha mejorado. Llegó con la esperanza de que un presidente negro acabaría con las viejas heridas de la segregación y la discriminación racial: no ha sido así, y muchas organizaciones civiles norteamericanas creen incluso que los problemas se han agravado. La población negra sigue marginada en el país: es una de las maldiciones del capitalismo estadounidense. Los negros son menos del 15 por ciento de la población, pero suponen el 35 por ciento de los reclusos: casi un millón de afroamericanos se hallan en prisiones, muchos más que alumnos negros en las universidades. Hay más negros encerrados en cárceles norteamericanas que en todo el resto del mundo. Estados Unidos es más injusto, más desigual, que cuando llegó Obama. Su apuesta por los derechos humanos se ha revelado en gran parte inútil, y los derechos civiles han visto la guadaña de la policía y el espionaje, que jalonan los casos de Snowden, la NSA, las agencias de seguridad, el control de la vida privada de los ciudadanos, y su gobierno lo ha hecho no sólo en Estados Unidos: ha adoptado un monstruoso programa de control policial, con la complicidad de las grandes empresas tecnológicas, que amenaza a la población del planeta y a la libertad.Obama ha aprobado una reforma sanitaria para proteger a decenas de millones de personas que no disponían de atención médica, aunque los problemas no han terminado, ni mucho menos. Y bajo su gobierno se han creado puestos de trabajo, aunque cada vez peores, en horarios, condiciones y derechos; y con bajos salarios, hasta el punto de que millones de trabajadores norteamericanos ni siquiera pueden alquilar un apartamento aunque trabajen: deben compartir viviendas con otros, alquilar habitaciones en casas extrañas: un infierno para las expectativas del viejo sueño americano. Obama ha contenido el déficit, pero Estados Unidos sigue siendo el país más endeudado del planeta, aunque no puede achacarse sólo a la acción de su gobierno: cuando llegó a la presidencia, la deuda estadounidense ascendía a 11’5 billones de dólares; ahora es de 19 billones. Y la desigualdad sigue creciendo en todos los rincones.
Cuando llegó, las guerras de Afganistán e Iraq, iniciadas por Bush, no se habían cerrado. Obama pretende que, ahora, han terminado, aunque no sea cierto: en ambos países siguen permaneciendo soldados norteamericanos, aunque sean menos, además de los mercenarios de empresas militares que trabajan con el Pentágono, y, sobre todo, tanto Afganistán como Iraq siguen en guerra, agravada hoy por la aparición del tenebroso Daesh, Estado Islámico, en cuyo nacimiento Estados Unidos tiene una gran responsabilidad.
Es cierto que Obama ha restablecido relaciones con Cuba, y ha puesto en marcha las negociaciones y el mecanismo para controlar el programa nuclear iraní, pero su política exterior sigue respondiendo a los viejos tics del imperialismo: sus ataques y bombardeos siguen causando víctimas entre la población civil en Oriente Medio, como ocurrió con la matanza en el hospital de Médicos sin Fronteras, en Kunduz, Afganistán, cerrada con un informe hecho por los mismos militares norteamericanos, que se negaron a una investigación independiente. Las guerras siguen, y los traficantes de armas, las mafias paramilitares, las empresas de mercenarios, los buitres que comercian con la seguridad, han prosperado con Obama.
Su gobierno ha avalado golpes de estado en Ucrania, en Tailandia, en Egipto. Para intervenir en Ucrania, sus servicios secretos entrenaron a grupos fascistas ucranianos en territorio polaco, y Obama no pareció conmoverse por la terrorífica matanza causada por los grupos fascistas en el edificio de los sindicatos de Odessa, donde quemaron vivos a un centenar de opositores al golpe de Estado: ni siquiera la condenó.
Tampoco se ha avanzado en el drama palestino, y, más allá de algún gesto de desagrado hacia Netanyahu, ha sido tan cuidadoso con su gobierno que Israel ha continuado impunemente la ampliación de las colonias israelíes en territorios ocupados, sigue disparando a matar contra los palestinos, sigue negándose a negociar con la autoridad palestina. Además, Siria, Libia, Yemen, se han incorporado a la lista de países destruidos por la delirante política exterior norteamericana. Tiene pendiente el cierre de Guantánamo, la reforma de la justicia, la ratificación del Tratado Asia-Pacífico, el embargo a Cuba.
Y el reinado del miedo (al terrorismo, a los refugiados, a la inmigración, al desafío chino y ruso) ha ido de la mano de una política de acoso a Rusia, impulsando las sanciones económicas, atizando los conflictos dentro del país y en sus fronteras, como en Ucrania, mientras el desarme atómico sigue esperando, y ha impuesto el despliegue del escudo antimisiles en las fronteras rusas… para defenderse de Irán, y ha seguido ampliando la OTAN (bajo su presidencia, se han incorporado Croacia y Albania), estableciendo nuevos cuarteles generales en el este de Europa. Ha puesto también la atención en China, el gran rival estratégico, jugando con las disputas en Asia y en el Mar de la China meridional, aceptando la nueva doctrina militar japonesa, como una forma de “contener a China”
Al mismo tiempo, Obama ha tratado de combatir la cada vez más extendida noción de que la decadencia norteamericana es inevitable, mostrando la indudable fuerza del país, su poder militar, su economía. Prometió que abandonaría la política unilateral de Bush, y que contaría con sus aliados europeos, pero no ha sido así: ha impuesto sus decisiones a la Unión Europea: en Siria y en Ucrania, en Libia, y frente a Rusia. La doctrina fascista de Bush de las guerras preventivas ha dejado paso a la organización de golpes de estado y a la financiación de grupos terroristas, a la benevolencia con peligrosos aliados como Arabia o Turquía.
Malos tiempos. La emoción y las lágrimas con que tantos ciudadanos norteamericanos, sobre todo negros, recibieron al nuevo presidente, la esperanza con que fue acogido por tantos europeos que se agolpaban en las plazas, en 2008, para verle, se han convertido, ocho años después, en la decepción Obama, en la constatación (aunque a la nueva y vieja izquierda moderada le cueste pronunciar esa palabra) de que el imperialismo sigue descargando su veneno de sufrimiento y muerte, sigue desterrando el futuro, subastando la vida.

lunes, 1 de febrero de 2016

JUGADA DE LABORATORIO


La dramática propagación del virus del Zika que mantiene en vilo a todo el mundo, especialmente a las mujeres, debido a los posibles daños que ocasiona en el feto durante el embarazo, podría haber sido causada por la presencia en Brasil de mosquitos modificados genéticamente (MMG), de acuerdo con rt.com
La publicación explica que mientras expertos internacionales en salud han sido convocados a Ginebra para discutir el estallido y las posibles curas del virus zika, surgen preguntas sobre si los MMG estarían detrás de una epidemia que en Colombia ya ha contagiado a 20,000 personas.
El sitio web afirma que a mediados de 2012, la compañía de biotecnología británica Oxitec liberó insectos modificados con el objetivo de reducir la población general del mosquito que propaga el dengue, el virus zika y el chikungunya en el noreste de Brasil.
En aquel momento surgieron preocupaciones sobre la liberación de estos mosquitos modificados genéticamente sin haber realizado más estudios sobre posibles efectos secundarios.
"Es un enfoque muy experimental que aún no ha tenido éxito y puede causar más daño que bien", advirtió en 2012 la doctora Helen Wallace, directora del instituto GeneWatch, en declaraciones a The Guardian.
Los primeros casos de Zika en humanos fueron documentados en Brasil el pasado mes de mayo, estimando que a día de hoy 1.5 millones de personas estarían infectadas.
Los críticos de Oxitec recuerdan que la zona en la que fueron liberados los MMG es la misma donde se inició la propagación del virus.
Desde el inicio del brote, se han registrado en Brasil más de 4.000 casos de bebés que nacen con microcefalia.
El objetivo del programa de modificación genética de Oxitec era liberar sólo los mosquitos macho de la subespecie Aedes aegypti, conocida por ser los portadores del dengue y el zika, para que al reproducirse con la hembras portadoras de los virus, producirían crías modificadas que morirían antes de alcanzar la edad de reproducción.
Pero las voces en contra de las prácticas de Oxitec señalan que está comprobado que si los mosquitos tienen acceso al antibiótico tetraciclina, que se puede encontrar en los suelos, las aguas superficiales, y alguno alimentos, la tasa de supervivencia de los mosquitos potencialmente podría aumentar hasta un 15%, ayudando a la propagación del virus.

FUENTE: RT