sábado, 14 de marzo de 2015

HALCONES DEL MEDIODIA

Ledezma apoyó abiertamente el golpe de estado de Abril del 2002
Conspirar en Estados Unidos



Toda la prensa hegemónica y los “intelectuales bienpensantes” (al decir de  Alfonso Sastre) acusan al gobierno bolivariano de tiránico y totalitario por haber apresado a Antonio Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas. Tuvo suerte este personaje, porque le hubiera ido mucho peor si lo que hizo en Venezuela: participar en una conspiración para derrocar por medios violentos al gobierno, lo hubiese hecho en Estados Unidos. A continuación, algunos antecedentes de utilidad para contextualizar su detención y, de paso, la de Leopoldo López, otro que cuenta con iguales o peores antecedentes que Ledezma.

En efecto, la legislación de Estados Unidos considera como un crimen federal cualquier acto de un nacional que “organice, ayude o intente organizar una sociedad, grupo o conjunto de personas que enseñan, promueven o alientan el derrocamiento o destrucción del gobierno.” Para que se configure esta figura penal no es necesario que el plan urdido por los conspiradores sea llevado a la práctica. Basta con haberlo concebido. En virtud de esta legislación, en 1981 Oscar López Rivera -un líder independentista de Puerto Rico y veterano de la Guerra de Vietnam- fue declarado culpable y condenado a 70 años de prisión por conspiración sediciosa y otros delitos. Después del primer atentado contra las Torres Gemelas, en 1993, las investigaciones condujeron a la detención de Omar-Abdel Rahman -un invidente clérigo musulmán, nacido en Egipto y residente en New Jersey- y nueve otras personas, todas acusadas de “conspiración sediciosa” por estar involucradas en un plan supuestamente destinado a librar una guerra terrorista contra los Estados Unidos y su gobierno. Los inculpados no llegaron a concretar sus propósitos pero se los condenó por haber puesto en marcha un complot destinado a tal fin. La evidencia: se los sorprendió manipulando sustancias explosivas en un garaje de Queens. Pese a que el clérigo ciego mal podría haber participado en la preparación de las bombas que supuestamente se colocarían en las Torres Gemelas fue acusado de ofrecer una justificación religiosa a los conspiradores. Todos fueron condenados en 1996, y a Rahman el juez Michael Mukasey le impuso una condena de prisión perpetua. Después de los atentados del 11 de Septiembre del 2001 y con la aprobación de la Ley Patriota (Pub. L. No. 107-56, 115 Stat. 272) se acentuaron las prerrogativas del Ejecutivo para perseguir a quienes el presidente considere han planeado, autorizado, ayudado a realizar o realizado actos hostiles o ataques en contra de Estados Unidos y su gobierno.

Ledezma apoyó abiertamente el golpe de estado de Abril del 2002 y luego el paro petrolero de 2002-2003. Fue un activo promotor y protagonista del “Plan Salida”, del 2014, cuyos desmanes y guarimbas sembraron la destrucción en el país y provocaron la muerte de 43 venezolanos. Y en los últimos días se involucró de lleno en la propuesta de “cambio de régimen”, abogando por el derrocamiento y reemplazo extraconstitucional del gobierno de Nicolás Maduro. Por su participación en el golpe del 2002 y el paro petrolero Ledezma estaría sirviendo una condena de 20 años en los Estados Unidos, y no podría haber proseguido su carrera política como lo hizo bajo la “tiranía chavista”, como con evidente perversidad gustan decir él, Leopoldo López y Corina Machado. Curiosa tiranía esta que permite que conspiradores sediciosos actúen libremente, compitan por cargos públicos, dispongan de ilimitado acceso a la prensa y difamen a diario a las autoridades legítimamente constituidas del país, convocando a tales efectos la ayuda y el apoyo de terceros países, lo que en Estados Unidos agravaría las penas. La magnanimidad de la revolución bolivariana le permitió a Ledezma seguir disfrutando de todas las garantías del Estado de Derecho y, bajo ese amparo, promover arteramente la violación del orden constitucional. Esto no lo podría hacer hecho en Estados Unidos. Pero ya sabemos que Washington padece de esquizofrenia aguda: quien sería condenado por sedicioso puertas adentro se convierte en un heroico “combatiente de la libertad” cuando sus crímenes los perpetra contra un gobierno que no es de su agrado y al que trata de destruir apelando a cualquier recurso.  

viernes, 6 de marzo de 2015

AVIESOS PROPIETARIOS DE LA VERDAD ABSOLUTA

Quién es el dueño de la información que lees


 
¿Quién está detrás de los medios de comunicación? ¿A quién pertenecen? Responder a estas preguntas no es tarea fácil. Access Info Europe, organización dedicada a promover la transparencia y el derecho a la información en la Unión Europea, lo ha intentado, pero se ha topado de frente con la opacidad que caracteriza a las grandes corporaciones mediáticas.
Como resultado de su investigación se han encontrado con que en solo dos de los 20 países europeos analizados -al que han añadido a Marruecos- existe una transparencia real y exhaustiva sobre los dueños de los medios.
En Austria y en Croacia la legislación obliga a las empresas periodísticas a poner a disposición del público toda la información al respecto, de forma que los ciudadanos pueden saber quién está detrás de la información que están recibiendo. En España, es posible hacerlo accediendo al Registro Mercantil aunque, según sostiene la integrante de Access Info Europe, Victoria Anderica, "muchas empresas están registradas con el nombre del gestor, por lo que el dueño real no es el que aparece ahí". En diez de los países estudiados ni siquiera los reguladores de los medios tienen esta información, cifra que se reduce a seis en el caso de los medios online.
El estudio de Access Info Europe, que comenzó hace dos años y abarca a Austria, Azerabayán, Bulgaria, Croacia, Chipre, Georgia, Alemania, Islandia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Macedonia, Marruceos, Países Bajos, Noruega Rumanía, España, Suiza, Turquía y Reino Unido tenía como objetivo analizar qué obligaciones de transparencia tienen los medios en los estados europeos. Requisitos que son dispares entre los medios impresos, radio y televisión y que suelen dejar de lado a los online, pues no se han incorporado a la legislación.
Ante la situación generalizada de falta de normas al respecto, la organización ha lanzado una campaña –a la que se ha unido eldiario.es– con la que pretende recoger firmas y recabar apoyos para exigir a la Unión Europea un marco normativo común que obligue a los medios a presentar la información sobre sus propietarios.
Componente de la democracia En opinión de Anderica, esto tiene una importancia crucial pues la independencia de los periodistas y sus informaciones están condicionadas por las personas que financian o sostienen el medio. "No es lo mismo que te financie La Caixa o que lo hagan tus propios socios", comenta. Conocer quién es el dueño "es la única forma de conseguir que los ciudadanos confíen en las noticias, detecten conflictos de intereses y se protejan contra la concentración empresarial, pues que la identidad del propietario sea de dominio público garantiza que los abusos de poder mediático puedan ser abordados".
La campaña se basa en la consideración de que disponer de información precisa, completa y actualizada sobre quién controla realmente los medios de comunicación es un componente esencial en un sistema democrático. Los medios tienen una gran responsabilidad en la formación de la opinión pública, por lo que desde Access Info Europe han redactado una serie de recomendaciones entre las que se encuentran la publicación de la información básica y esencial sobre quién controla el medio, que esté a disposición de todos los ciudadanos y de forma gratuita y que se de un progresivo aumento del nivel de transparencia.
Una vez conseguido el respaldo necesario, Access Info Europe comenzará a reunirse con líderes europeos. También pretenden hacerlo a nivel nacional para avanzar en una legislación que establezca la transparencia como requisito necesario para los medios. De hecho, según confirman desde la organización, ya le han planteado el tema a la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez.


 

lunes, 2 de marzo de 2015

CRÉDULOS ATEOS

La confesión de un crédulo ateo





Cuando allá por los años sesenta la Teología de la Liberación fue abriéndose espacio en el llamado tercer mundo, tuvo el Vaticano la ocasión de redimir sus pecados, la oportunidad de retomar sus cristianos orígenes, y la posibilidad, en consecuencia, de extender el evangelio y multiplicar su nómina de fieles. Pero ni el Vaticano quiso expiar sus culpas, ni se interesó en variar su curso, ni le preocuparon las secuelas de su torpeza.
Esa Iglesia que, como escribiera Pedro Casaldáliga en su prefacio al libro “Eclesiología” de Fernando Bernabé López (Nano) “creyendo, confesando y cantando el encuentro vivo con el Dios Amor y el programa revolucionario de su Hijo” se ganaba el respeto de las comunidades en la que se integraba compartiendo el pan y el vino, también el hambre y la sed, se acabó convirtiendo en el peor enemigo de Roma.
Como bien describía el propio Nano en una de sus certeras humoradas, “la Iglesia es una: santa, católica, apostólica… y uniforme”. No se admiten ni toleran disidencias. Por si no fueran suficientes las dificultades que la Teología de la Liberación debía enfrentar, una amenazaba su eclosión. Y no era la violencia de regímenes militares, la persecución de Estados corruptos o la ambición de burguesías temerosas de un poder popular aún más consciente, sino Roma.
El éxito que jamás tuvieron, por sanguinarios que fueran sus métodos, los gobiernos que han hecho del infierno algo más que un futuro destino, lo tuvo el Vaticano censurando opiniones, desautorizando actos, trasladando ejemplos, castigando conductas, clausurando encuentros…
Frente a la curia romana, la teología de la liberación no encontró más defensa que la obediencia debida. La misma que llevó a Ernesto Cardenal, de rodillas frente a Pablo VI en la Plaza de la Revolución de Managua, a inclinar la cabeza, besar el anillo papal y escuchar en silencio los exabruptos que, por ejemplo, no tuvo Su Santidad, días antes, para Duvalier en Haití o para Pinochet en Chile.
El espacio que hubiera ocupado la Iglesia pasó a ser pasto de otras denominaciones religiosas y sectas de todo tipo financiadas, en muchos casos, por transnacionales y Estados delincuentes.
Claro que, ni la historia ha terminado ni la Teología de la Liberación ha desaparecido. Es más, no tengo la menor duda de que, si alguna vez, y que cada quien ponga la fecha que más le cuadre, sigue habiendo sobre la faz de la tierra una iglesia, ésta será plural, de todos y de todas; practicará la solidaridad, no la especulación; estimulará el conocimiento, no el analfabetismo; fomentará la crítica, no el adocenamiento; defenderá la justicia, no la razón de Estado; ejercerá el Amor, no el odio… Y hasta podría ser en Roma, aunque sólo sea para que, como dicen algunos, Dios tenga la oportunidad de visitar, por fin, el Vaticano.
Y lo digo yo que no creo en la otra vida, pero que si algún día me desdigo y termino aceptando la certeza de una eternidad.