martes, 10 de marzo de 2009

CALAVERAS Y DIABLITOS







Presionan a los paraísos fiscales europeos
Eduardo Febbro
En Suiza, Luxemburgo y Austria impera el secreto bancario. La crisis fisura la complicidad mundial ante la falta de transparencia financiera. Tema para la cumbre del G-20
El cinismo es el valor más cotizado en las Bolsas mundiales. Prueba de ello, en medio de la quiebra más honda que haya conocido el sistema financiero internacional en las últimas décadas, tres de los principales países europeos que practican el secreto bancario, Suiza, Luxemburgo y Austria, siguen defendiendo ese lucrativo principio, en contra de las evidencias y las ya abrumadoras críticas de los demás socios europeos. El secreto bancario ha demostrado su poderosa eficacia para las transacciones mafiosas y el fraude fiscal, al tiempo que dota a los Estados donde está vigente de fondos oscuros provenientes de todos los puntos del planeta y, por consiguiente, de una riqueza sin proporción alguna con la realidad del país. Hay países grandes como dos barrios de Buenos Aires que, gracias al secreto bancario, tienen un PIB de nación industrializada. Pero la crisis financiera internacional fisuró en parte el silencio y la complicidad mundial que durante décadas protegió a esos Estados caja fuerte. Estados Unidos, Alemania y Francia son los países que más han presionado a los paraísos fiscales europeos para que modifiquen una legislación que, en épocas de crisis, es sólo lucrativa para el receptor de capitales.
Pero las malas costumbres no se pierden de un día para otro. Reunidos este fin de semana en una cumbre propuesta por Suiza, Luxemburgo y Austria se presentaron como víctimas de críticas injustas. El problema para estos tres países radica en que el G-20, que se reunirá a principios de abril en Londres, intenta elaborar una lista negra coherente de paraísos fiscales donde pueden estar presentes estas tres naciones europeas. ¿Qué dicen hoy Luxemburgo, Berna y Viena? Sacaron de la manga una deliciosa fórmula que el ministro luxemburgués del Tesoro, Luc Frieden, explicó así: “Los debates a propósito del secreto bancario se llevan a cabo en recintos de los que nosotros no formamos parte, como el G-20. Exigimos entonces que se nos abran las puertas de esos debates para ver cómo se establece la lista de los paraísos fiscales”. En suma, hay que abrirles las puertas de los foros para que ellos no abran las cajas fuertes de sus bancos donde duermen de manera fructífera los capitales de origen inconfesable. Suiza, Luxemburgo y Austria se declararon dispuestos a trabajar para que el fraude fiscal sea sancionado, pero no quieren oír hablar de levantar el secreto bancario. ¿De qué vivirían si así lo hicieran? Por ejemplo, Luxemburgo, que es un Gran Ducado, saca un provecho considerable de sus actividades financieras. Estas, en 2007, representaron más de un tercio de las riquezas del país y la mitad de sus ganancias fiscales. Hans-Rudolf Merz, el ministro suizo de Finanzas, dijo que era preciso “preservar la esfera privada”.
Estas declaraciones no ocultan sin embargo una realidad ineluctable: la explosión del sistema internacional y la necesidad de reformarlo, aunque sea tímidamente, no le evitará a los Estados caja fuerte mostrarse más cooperativos. La transparencia del sistema financiero internacional es el tema central de la agenda de la cumbre del G-20. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, amenazó con incluir a Suiza en la lista de los paraísos fiscales que el G-20 piensa actualizar. Desde luego, Luxemburgo, Suiza y Austria no son los únicos países del Viejo Continente donde impera el secreto bancario. Bélgica también lo practica, al igual que Liechtenstein y el Principado de Mónaco, un paraíso diseñado a orillas del Mediterráneo donde se lavan muchos fondos tóxicos. Pero Suiza está en el centro de la tormenta luego de que, en febrero pasado, Estados Unidos obligara al banco suizo UBS a entregarle los nombres de unos 300 clientes norteamericanos acusados de fraude fiscal en los Estados Unidos. El banco suministró los nombres y pagó una multa de 780 millones de dólares. Esa lista de 300 nombres es una migaja comparada con los 52.000 nombres que exige el fisco de Estados Unidos. Se trata de un fabuloso tesoro valuado en 15 mil millones de dólares. Alemania y Francia se quejan por lo mismo, tanto ante Suiza como ante Luxemburgo. Los contribuyentes de peso se evaden hacia esos paraísos cuya prosperidad es fruto, entre otras cosas, de la evasión fiscal.
La presión internacional y la amenaza que hace pesar la cumbre del G-20 han modificado un poco la actitud de esos países. Suiza, particularmente, se muestra cooperativa y empieza a adelantar algunas fórmulas de compromiso para atenuar la presión. Sin embargo, el secreto bancario no se cambiará. Suiza lo puso en práctica mediante una ley adoptada por los diputados en 1934 y Luxemburgo recién en 1984. Los expertos calculan que cada año 400 fortunas dejan el territorio francés para pedir asilo fiscal en Irlanda, Bélgica, Suiza, Londres, Luxemburgo o Liechtenstein. Mónaco, la isla de Man, Guernesey, Jersey, Gibraltar, Andorra y Liechtenstein están definidos por la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico) como “paraísos fiscales no cooperantes” que funcionan, además, con el secreto bancario. Bélgica, Suiza, San Marino, Luxemburgo y Austria figuran en la lista como paraísos bancarios. Los lavadores de dinero tienen una amplia selección de territorios donde poner los capitales a salvo de toda indiscreción.

(Y estamos hablando hablando y hablando de los rayitos del sol...)


El País censura un anuncio de Le Monde Diplomatique en español
Le Monde Diplomatique
El departamento de publicidad del diario El País transmitió el jueves 5 de marzo a la administración de Le Monde diplomatique en español la decisión siguiente: "El anuncio contratado por Le Monde diplomatique para insertar en Babelia el próximo día 7 de marzo, no se va a publicar. El motivo, es que no ha dado su autorización la redacción de EL PAIS". Desde hace tiempo (más de cuatro años), cada mes, nuestra publicación contrata, en las páginas de El País, un anuncio en el que se destacan los principales artículos publicados en Le Monde diplomatique en español del mes en curso. Hasta ahora estos anuncios nunca habían sido vetados. La redacción de El País no ha considerado necesario dar una explicación a este flagrante acto de censura.Sin embargo la causa del veto parece evidente. En el anuncio (publicado este domingo 8 de marzo de 2009 en el diario Público) se hace alusión al artículo titulado "El grupo PRISA se tambalea" cuyo autor, Pascual Serrano, revela la verdadera y gravísima situación económica del grupo PRISA. Una situación que, hasta ahora, el diario El País ha ocultado a sus lectores.El artículo, se publica en la portada del número de marzo de Le Monde diplomatique en español (actualmente en venta en los quioscos). En él Pascual Serrano disecciona al detalle la situación del grupo mediático español. Entre sus conclusiones señala que “uno de los errores de PRISA podría haber sido buscar a toda costa un fuerte crecimiento que le garantizase ser un agente de poder político en España y América Latina, algo que sin duda logró, pero a costa de perder solidez empresarial”. Según el analista, con su actual línea editorial en América Latina de agresividad permanente contra los gobiernos progresistas, que ha superado a los medios tradicionales de derechas, “el futuro del grupo se encuentra más en peligro que nunca”. La dirección y la redacción de Le Monde diplomatique en español encuentran sorprendente que un diario como El País, que pretende ser una referencia en materia de ética periodística, le oculte a sus lectores el verdadero estado de su situación económica y que ese afán le conduzca a cometer un claro acto de censura.
Le Monde diplomatique, edición española
(Prisa se desespera y su actitudes son la representación de la crisis interna)
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