viernes, 25 de noviembre de 2011

¿ORO O AGUA?





Algo más sobre deuda (¿qué hacemos con 134.000 millones de planetas Tierra de oro puro?)

tratar de comprender, tratar de ayudar


Salvar la Tierra, se titulaba dramáticamente el número de junio de 2010 de Investigación y ciencia (la versión española de Scientific American). Pero la cuestión es: o salvar la Tierra, o hacer buenos negocios. Se trata de una disyunción excluyente: ambas propuestas no son viables a la vez.
El desajuste último, el que condena de forma inapelable a este sistema económico –el capitalismo que precisa una expansión constante, aunque se encuentra dentro de una biosfera finita–, es una idea errónea: tratar de vivir dentro de un planeta esférico y limitado como si se tratase de una Tierra plana e ilimitada.
Como si los recursos naturales fuesen infinitos, como si la entropía no existiese, como si los seres humanos fuésemos omnipotentes e inmortales.
Blas de Otero –de quien por fin se han publicardo los poemas póstumos agrupados en Hojas de Madrid, con la galerna– quería escribir “la poesía en los siglos futuros con el pan en medio de la mesa y un avión a Marte todos los miércoles”. No llegó a intuir –como le pasa a la mayor parte de nuestra izquierda— que el esfuerzo por inaugurar la línea aérea a Marte (que no se inaugurará jamás, dicho sea de paso) es una de las causas que impiden que haya pan encima de cada mesa.
Basta hacer números durante diez minutos para saber que esta civilización está condenada. Incluso la devolución de la deuda, el prerrequisito del capitalismo, resulta matemáticamente posible sólo a corto plazo. En un cálculo al que me he referido otras veces (y que recuerda el buen George Monbiot), Heinrich Haussmann mostró que un simple pfennig –un céntimo de marco alemán– invertido al 5% de interés compuesto en el año cero de nuestra era habría sumado en 1990 ¡un volumen de oro equivalente a 134.000 millones de veces el peso del planeta! (Decía el físico Albert Bartlett que “la mayor carencia del ser humano es su incapacidad para entender las implicaciones de la función exponencial”. [1])
Y el capitalismo persigue un valor de producción conmensurable con el reembolso de la deuda… Puro wishful thinking: pero a semejantes disparates se subordinan las políticas y las vidas humanas (así como las no humanas, claro está) bajo la dominación del capital.
Endeudarse para crecer, y crecer para pagar las deudas: así se ligan capitalismo financiarizado y devastación ecológica.
No hay en el planeta Tierra recursos naturales suficientes para pagar la deuda emitida, acumulada, aceptada. Esa montaña de dinero virtual ha de ser denunciada (la banca privada es una de las instituciones que no podemos permitirnos en una sociedad sostenible).
Un sistema socioeconómico que sólo sabe abordar la realidad –las realidades— en términos de rentabilidad y beneficio está condenado. Esto es una obviedad: pero una obviedad sobre la que no podemos insistir demasiado, ya que las mayorías sociales, en nuestros países, siguen sin verla.
Seguir pensando hoy en términos de business as usual –más crecimiento del consumo para que tire de la producción; más aumento de la producción para incrementar el consumo; más endeudamiento para crecer más; más crecimiento para pagar la deuda— resulta equivalente a ser niños de 35 años que patalean en el suelo: ¡no es verdad, no puede ser, los Reyes Magos existen, no son los padres!
Pero ya vamos siendo mayorcitos, ¿verdad? ¿Ya se nos puede decir que los Reyes Magos son los padres? ¿Y que el “desarrollo sostenible” basado en un supuesto desacoplamiento (decoupling) entre crecimiento económico e impacto ambiental es, o bien engaño de los poderosos, o bien autoengaño?
[1] Se hallarán algunos textos de este profesor de Física de la Universidad de Colorado (Boulder) en su web http://www.jclahr.com/bartlett/. Debo esta cita a Pedro Prieto.

Jorge Riechmann es profesor de Filosofía Moral de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro de Ecologistas en Acción

CAMBIOS POR CAMBIOS EN EGIPTO

Y

    Nosotros, la mayoría de las masas revolucionarias egipcias, soberanas de nuestro territorio y nuestro destino que es la fuente de todo poder en este país, el cual hemos recuperado con la revolución popular y pacífica del 25 de enero, afirmamos nuestro sincero deseo de transmitir este poder a las autoridades civiles elegidas -El Parlamento y el Presidente- a más tardar el 15 de mayo de 2012.
    Afirmamos que los ocupantes y acampados de la plaza Tahrir representan a la mayoría del pueblo egipcio y que cualquier acuerdo o negociación entre el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas y las fuerzas políticas que excluyan la participación de los ocupantes y de las fuerzas revolucionarias es nulo y carece de cualquier efecto.
Las fuerzas revolucionarias han acordado la siguiente declaración, que contiene una hoja de ruta para la gestión de la crisis y la transición del poder:
El comunicado del mariscal Tantawi no satisface en lo más mínimo la voluntad y las expectativas del pueblo. Contiene mucha confusión mientras oculta los muchos crímenes cometidos contra el pueblo durante todo el período de transición, y especialmente durante los últimos cuatro días, con su oleada de asesinatos, violencia, profanación de los cadáveres de las víctimas y violaciones de la dignidad de los ciudadanos que son una ofensa a la dignidad de la patria. Dicho comunicado no anuncia ninguna medida concreta, como la detención de los asesinos ni de los que dieron la orden de disparar balas reales y gas, así como tampoco el juicio o expulsión de todos los militares y policías que cometieron estos abusos. Tampoco anuncia el cese inmediato de toda violencia contra los ocupantes de la Plaza Tahrir y de todo el país.
No satisface las reivindicaciones: constitución de un gobierno de salvación nacional con toda la autoridad para la gestión integral del período de transición y dejar a un lado al Consejo Superior de las Fuerzas Armadas para que se limite a la defensa de la patria y las tareas de seguridad. Tampoco satisface la reivindicación del pueblo de organizar elecciones presidenciales el 28 de abril y la transmisión del poder a mediados de mayo de 2012. Además, la declaración recuerda implícitamente la organización de un referéndum sobre el mantenimiento, si es necesario, del Consejo Superior de las Fuerzas Armadas como gestor del período de transición, lo cual es categóricamente rechazado por el pueblo como intento de recuperación de su voluntad.
Y puesto que el comunicado es rechazado por la mayoría del pueblo egipcio, por el bien de la patria y su estabilidad y para evitar nuevas masacres y el cese inmediato de la violencia y el abuso contra el pueblo, presentamos la hoja de ruta para la gestión y una salida de la crisis:
1.- El anuncio de la decisión de detención y procesamiento inmediato de los asesinos y de los que emitieron las órdenes de disparar con munición real y gas y la expulsión de los altos mandos militares y policías implicados en estos sucesos; cese inmediato de la violencia contra los ocupantes de la plaza Tahrir y de todo el país; retirada de todas las fuerzas policiales en espera de la reforma del Ministerio del Interior; exclusión de los funcionarios corruptos que desafían la voluntad popular y pretenden prolongar el antiguo régimen y enterrar la revolución.
2.- Constitución de un gobierno de salvación nacional con plena autoridad para la gestión integral del período de transición y dejar a un lado al Consejo Superior de las Fuerzas Armadas para que se limite a la defensa de la patria y tareas de la seguridad. Nombramiento de una persona designada por los revolucionarios para formar este gobierno. Organización de una transición hacia un gobierno civil elegido de la siguiente manera:
    Organización de las elecciones a la Asamblea del Pueblo según un calendario declarado y el traspaso de todos los poderes a esta Asamblea una vez que sea elegida.
    Organización de las elecciones de una Asamblea de Concertación (Majlis Echchoura), según un calendario declarado, de aquí al 14 de marzo de 2012.
    Presentación de candidaturas para la elección presidencial del 14 al 28 de marzo de 2012.
    Elecciones presidenciales el 28 de abril (primera vuelta) y 5 de mayo de 2012 (segunda vuelta).
    Transmisión de todos los poderes ejecutivos al presidente elegido el 15 de mayo de 2012.
3.- Anuncio constitucional por el gobierno de salvación nacional de las fechas de la elección presidencial y de las relaciones entre los poderes.
4.- Las tareas de ese gobierno serán las siguientes:
    La organización de las elecciones parlamentarias y presidenciales y el traspaso de los poderes ejecutivo y legislativo especificado según el calendario indicado.
    La depuración del Estado y sus instituciones mediante la eliminación de corruptos y partidarios del régimen depuesto.
    El restablecimiento de la seguridad y la lucha contra los baltaguiyas [mercenarios pagados, NDT] y la reforma del Ministerio del Interior.
    Mejorar el nivel de vida y garantizar el suministro de bienes y servicios a precios justos
    Finalmente insistimos en la continuidad de nuestra revolución y en la obligación del CSFA de implementar las reivindicaciones enunciadas en este comunicado hasta la transferencia, según el calendario indicado, de todos los poderes a las instancias civiles elegidas –Parlamento y Presidente- y que no estarán sometidos a ninguna tutela.
Llamamos a todo el pueblo egipcio a manifestarse por millones el próximo viernes 25 de noviembre proclamando «el viernes de la revolución del pueblo».
Dios guarde a Egipto en la seguridad, la libertad y la dignidad.

DE LA HISTORIA UNIVERSAL DE LA INFAMIA



Bussi, el siniestro





Murió Domingo Bussi, el general. Una de las más siniestras figuras de nuestra historia. Sí, no se cometería ninguna exageración si cuando se haga referencia a él se diga: “El general Bussi, el siniestro”. Sólo basta recorrer su biografía para constatarlo. La perfidia de sus crímenes llega a lo inimaginable. Y ahí está la pregunta que todavía no nos hemos contestado: ¿dónde aprendió Bussi su oficio de matar con total impunidad? ¿En el Colegio Militar, en la Escuela Superior de Guerra o en sus estadías en Kansas con el ejército yanki o en Vietnam durante su gira? Sea como fuere, fue un criminal de la mayor cobardía y crueldad. Sus crímenes comprobados y por eso condenado son todos de lesa humanidad. Su hazaña máxima como criminal es el haber exhibido el cadáver congelado de Santucho en el Museo de la Represión, en Campo de Mayo. Se le caía la saliva de la boca de puro placer. Pero, además, los mil casos de torturas, de “desaparición”, de asesinatos. El mismo ejecutaba a los presos políticos de un solo tiro. Está declarado por testigos. ¡Ah, general! La degradación. La absoluta validez de la ley del más fuerte.
Y ese episodio tan perverso, donde la vileza ya no tiene palabras para describirlo: cuando ordenó apresar a los vagabundos y los pordioseros de la capital tucumana y los transportó en camiones que los arrojaron por las sierras catamarqueñas, donde murieron de hambre y de frío. Occidental y cristiano el general. Eso ocurrió en tierras tucumanas donde en 1816, en aquel increíble 9 de julio, se cantó nuestro Himno Nacional con aquello tan sabio de “Ved en trono a la noble Igualdad, Libertad, Libertad, Libertad”.
Pero uno, como argentino, sintió aún mucho más vergüenza cuando el pueblo tucumano, ya en democracia, votó a ese abyecto personaje como gobernador de Tucumán. ¿Qué hubieran pensado los congresales de 1816 al saber que en esa misma tierra libertaria se había votado al abyecto supremo? Ahora, esos que lo votaron de los barrios bien y de los barrios que exigían “más seguridad” tendrían que tener el coraje civil de marchar frente a la Casa de Tucumán y pedir perdón por tamaña acción de burlar para siempre a la democracia.
Lo mismo que tendrían que hacer los diputados del radicalismo y de otros partidos conservadores que votaron el “Punto Final” de Alfonsín por el cual quedó en total libertad la jauría uniformada de la desaparición como método.
El “general” Bussi. Cuando trasladó el centro clandestino de detención de Famaillá al Ingenio Nueva Baviera, ahí sí que se sintió dueño de la vida y de la muerte. Dueño y señor de la picana y el submarino y de toda clase de torturas aprendidas en el General Staff College de Fort Leavenworth, en Kansas. Claro, siguieron las huellas de aquel general Julio Argentino Roca cuando mandó comprar diez mil remington, el invento estadounidense con que se había eliminado a los pieles rojas y a los sioux. Y con ellos Roca demostró que los argentinos somos los mejores europeos y americanos del norte. Videla, Menéndez, Bussi... la lista es larga. Pero por fin muchos de ellos ya están en cárceles comunes y retratados para siempre en el diccionario de la infamia.
Murió Bussi. El espectro de la infamia. General de la Nación. ¿De qué Nación? No aquella del 25 de Mayo ni de 1813 y del 9 de julio tucumano. No, la fiera sanguinaria salida de claustros castrenses argentinos y entidades “educadoras” norteamericanas. En su entierro, los argentinos que salieron a la calle para gritar “dónde están los desaparecidos” gritarán: “Nunca más”. Nunca más un general Bussi. El siniestro.

MAS ALLÁ DE LA CÚPULA DEL TRUENO






Los mismos halcones neoconservadores que mintieron sobre Iraq utilizan el argumento definitivo para presionar por la guerra contra Irán
Los que gritan “Holocausto”

Salon/ICH

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Ya hemos pasado por esto. Mientras una de las guerras más desastrosas en la historia de EE.UU. llega a un fin ignominioso, los mismos halcones belicistas neoconservadores que la urdieron promueven una nueva guerra que haría que la invasión de Iraq se pareciera a una invasión de Granada –y utilizan la insuperable baza del Holocausto en la política estadounidense para silenciar todo debate al respecto-

Cuando los halcones comienzan a repiquetear los tambores a favor de una guerra en Medio Oriente, con frecuencia Israel es un motivo importante para hacerlo. Así fue en los preparativos de la guerra de Iraq y sin duda así es también en la histeria actual respecto a Irán. A pesar de afirmaciones insinceras de lo contrario, el único motivo por el que EE.UU. está hablando de  guerra con Irán es Israel. Como señala el invaluable M.J. Rosenberg, que conoce el funcionamiento del lobby de Israel por haber sido un miembro registrado: “Es imposible encontrar a un solo político o periodista que propugne la guerra contra Irán que no sea neoconservador o un figurón del AIPAC (a menudo las dos cosas).”

Desde que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) publicó su exagerado y viejo informe sobre el programa nuclear de Irán, el rincón de los devotos de Israel en EE.UU. ha estado pidiendo sonoramente la guerra.

Si la política estadounidense no contuviera un enorme punto ciego, nadie prestaría alguna atención a lo que dicen esos ideólogos desacreditados. La guerra de Iraq que postularon resultó ser uno de los mayores desastres de política exterior en la historia de EE.UU. Su visión ignorante e islamófoba de Medio Oriente es tan sobrecogedora como su insulsa disposición a comprometer a EE.UU. en otra guerra ruinosa contra un país musulmán, esta vez cuatro veces más grande que Iraq y con una población de más del doble. Han demostrado un historial de fracaso total.

A pesar de todo, a esos incompetentes militaristas todavía los toman en serio. Y la razón es simple: Pretenden que son partidarios de Israel. En la política estadounidense puedes salir hasta con el belicismo más demencial mientras afirmes que eres “pro Israel”. Y el máximo pase libre para cualquier cosa que tenga que ver con Israel es el Holocausto.

Al oír a los neoconservadores y a los halcones, se pensaría que Hitler está a punto de enviar sus tanques por la frontera polaca. El ex embajador de EE.UU. e imitador del doctor Insólito (Dr. Strangelove), John Bolton, dice: “La única alternativa actual es el potencial para un ataque militar preventivo contra su programa militar, sea por EE.UU. o Israel. La diplomacia ha fracasado. Las sanciones han fracasado”. Para Bolton, Irán es el segundo advenimiento de Alemania nazi: “Si la alternativa es que continúen [para fabricar una bomba nuclear] o el uso de fuerza, pienso que estamos en el mismo punto que cuando Hitler invadió Renania… Todavía estamos en 1936, pero no queda mucho tiempo.”

Jeffrey Goldberg, ex cabo del ejército de Israel y escritor de Atlantic, cuya engañosa afirmación en New Yorker de que Sadam Hussein podría entregar sus armas de destrucción masiva a al Qaida ayudó a convencer a algunos liberales para que apoyaran a la guerra de Iraq, afirma: “El caso israelí a favor de la prevención es apremiante, y lo ha sido durante bastante tiempo”.

¿Por qué? “Los dirigentes de Irán son antisemitas eliminadores; hombres que por razones teológicas ven al Estado de los judíos como un ‘cáncer’. Han llamado repetidamente a la destrucción de Israel y han trabajado para acelerar ese fin, sobre todo mediante el suministro de apoyo material y entrenamiento a dos organizaciones, Hamás e Hizbulá, que se especializan en la matanza de judíos inocentes. Los dirigentes de Irán son hombres que niegan el Holocausto mientras prometen otro”.

Goldberg reconoció el inconveniente para Israel de un ataque a Irán, incluidos el aislamiento internacional y las represalias, pero para él es un motivo por el cual EE.UU., no Israel, debe amenazar con la guerra.

“Numerosos funcionarios israelíes me han dicho que sería mucho menos probable que recomendasen un ataque preventivo propio si estuvieran razonablemente seguros de que Obama está dispuesto a usar la fuerza. Y si los dirigentes iraníes temieran que existe una verdadera probabilidad de un ataque de EE.UU., podrían efectivamente modificar su conducta”, escribió Goldberg. “Creo que Obama utilizaría la fuerza, y que debería dejarlo perfectamente claro ante los iraníes”.

El dirigente neoconservador Bill Kristol, que se equivocó sobre Iraq y fue recompensado con un trabajo en el New York Times, donde rápidamente demostró que era el peor columnista de todos los tiempos, escribió en el Weekly Standard: “El próximo discurso que necesitamos escuchar del gobierno de Obama debería anunciar que, después de 30 años, hemos pasado a la ofensiva contra ese régimen asesino. Y el discurso siguiente podría celebrar la caída del régimen y ofrecer ayuda estadounidense a los demócratas para que construyan un Irán libre y pacífico”. En 2009, Kristol comparó a Obama con Neville Chamberlain por no ser suficientemente explícito por cuenta del pueblo iraní.

El modo de pensar del Holocausto

Pero el uso más evidentemente coercitivo del Holocausto lo hizo el candidato republicano a la presidencia Newt Gingrich (cuya fiabilidad en asuntos de política exterior se puede juzgar por el hecho de que criticó al Departamento de Estado de Bush por no amañar su inteligencia para apoyar la guerra de Iraq). “No pienso que EE.UU. tenga el derecho moral de decir a un país cuyo pueblo ya ha pasado por un Holocausto –dos armas nucleares es otro Holocausto-”, dijo en 2006. “E Irán se apresura a armarse con bombas atómicas”. En lenguaje virtualmente idéntico al de Goldberg, Netanyahu dijo que mientras el presidente iraní “niega el Holocausto, prepara otro Holocausto para el Estado judío”.

“Siempre recordaremos lo que el nazi Amalek nos hizo”, dijo Netanyahu en una conmemoración del Holocausto en Auschwitz, “y no dejaremos de estar preparados para el nuevo Amalek, que aparece en la escena de la historia y vuelve a amenazar con la destrucción de los judíos”.

El modo de pensar del Holocausto ha conducido a Israel a políticas autodestructivas. Y su promiscua invocación ha ayudado a asegurar que Israel mantenga su influencia sobre la política de EE.UU. en Medio Oriente. Esa influencia ha sido siempre dañina para EE.UU., pero ahora es realmente peligrosa.

Porque existe una posibilidad muy real de que Israel ataque a Irán. He estado leyendo el mejor periódico de Israel, Haaretz, durante más de 10 años, y nunca he visto que sus periodistas traten con tanta seriedad una posible guerra con Irán. Haaretz es un periódico de tendencias de izquierdas, pero la preocupación en Israel llena todo el espectro político. El más destacado columnista político de Israel, Nahum Barnea, advirtió recientemente en un artículo en primera plana en el periódico de mayor circulación del país, el centrista Yediot Achronot, de que el primer ministro Benjamin Netanyahu y el secretario de Defensa Ehud Barak, pasando por sobre las objeciones de sus expertos en seguridad, podrían lanzar un ataque a Irán este invierno.

El artículo de Barnea está en hebreo: está resumido por Larry Derfner, quien escribe para el excelente sitio israelí-estadounidense 972. Barnea escribió: “Netanyahu [cree] que Ahmadineyad es Hitler; si no se le detiene a tiempo, habrá otro Holocausto. Hay quienes describen la actitud de Netanyahu al respecto como una obsesión: toda su vida ha soñado con ser Churchill; Irán le da la oportunidad.”

Las probabilidades de guerra

Sin duda, las probabilidades siguen estando en contra de que Israel realmente lance un ataque. Washington ha dejado claro que no quiere una guerra con Irán, y la primera regla de la política israelí es “no amenazar nunca la relación especial con EE.UU.” Israel ha estado amenazando durante años con que a Irán le faltan a meses para tener una bomba nuclear. Y tiene un historial de hacer ruido de sables como táctica para obligar a EE.UU. a adoptar una línea más dura frente a Irán.

Pero no hay que tomar a la ligera la posibilidad de que Israel ataque a Irán, especialmente después de que las tropas de EE.UU. abandonen Iraq, no solo por la invocación del Holocausto por Netanyahu. Al parecer Netanyahu está sinceramente convencido de que si no se destruye el programa nuclear de Irán, Israel enfrentará otro Holocausto. Si ese fuera el caso, las limitaciones tradicionales en la conducta israelí no podrían aplicarse.

Es posible que Israel pueda atacar Irán unilateralmente y desafíe a EE.UU. a que lo detenga. Como dijo a Reuters el analista de Irán Mark Fitzpatrick: “Si se considera que el próximo año tendrá lugar la elección presidencial en EE.UU. y la dinámica de la política de ese país, podría aumentar la inclinación de Israel de tomar las cosas en sus propias manos. Lo más probable es que Netanyahu llame a Obama y diga: ‘No estoy pidiendo una luz verde, solo le digo que acabo de enviar los aviones, no los derribe’. Y en un año de elección presidencial en EE.UU., me parece improbable que Obama los derribase”.

El historiador israelí Benny Morris destaca el mismo punto.

“La mayoría de los observadores de Israel cree que aunque a Israel le gustaría tener la luz verde de Washington, procederá sin tenerla si cree que su existencia está en juego”, escribió en National Interest. “El sentimiento aquí es que Obama apoyará, y tal vez ayudará de diversas maneras, un ataque israelí una vez que se inicie –le hayan consultado previamente o no– porque considera el régimen de los ayatolás una amenaza para la paz mundial y los intereses estadounidense en Medio Oriente; porque los sucesivos gobiernos estadounidenses, incluido el propio, han declarado que Washington no permitirá que Irán adquiera la bomba; y porque, en un año de elección presidencial, Obama no puede alienar el voto judío”.

La afirmación de Morris de que Obama estaría dispuesto a aprobar y tal vez a apoyar un ataque israelí porque cree que está justificado es extremadamente dudosa, para no decir más. Las políticas de Obama en Medio Oriente han sido enormemente decepcionantes, porque no es ningún tonto. Sabe que Irán –que no ha comenzado una guerra en la historia moderna– no plantea una amenaza militar para EE.UU. También sabe que la Primavera Árabe y la crisis en Siria han debilitado la posición geoestratégica de Irán. También existe el problemita de que EE.UU. está en bancarrota y sus fuerzas militares agotadas. Por todos estos motivos, sería una locura total que Washington llegara a considerar el inicio de una guerra contra Irán. Por eso Obama ha enviado repetidamente mensajes a alto nivel a Netanyahu, del secretario de Defensa Leon Panetta y otros, advirtiéndole de que no lance un ataque unilateral.

Pero el inicio de una guerra es una cosa, y atreverse a hacerle frente a Israel en un año electoral es otra. Como siempre, el discurso se inclina hacia la derecha psicótica. Los candidatos republicanos a la presidencia atacan a Obama por su supuesta falta de apoyo a Israel y compiten por ser los primeros en atacar a Irán. (Mitt Romney, que tiene posibilidades de convertirse en el próximo presidente, dijo en efecto que simplemente dejaría que Israel decida la política de EE.UU. en Medio Oriente.) Y considerando la rendición políticamente motivada de Obama ante Netanyahu, Morris y Fitzpatrick pobablemente tienen razón al decir que no estaría dispuesto a enfrentar al líder israelí.

En otras palabras, es bastante probable que la nación más poderosa del mundo simplemente se quede impotente mientras un ínfimo Estado cliente amenaza con hacer lo que sabe que no solo es contraproducente para sus intereses, sino posiblemente ruinoso para ellos. La cola meneará al perro hasta llevarlo al precipicio.

Si estallara la guerra, las consecuencias para EE.UU. serían catastróficas. Los precios del petróleo se dispararían, lanzando a EE.UU. y al mundo a una depresión masiva. Irán utilizaría a sus aliados para atacar a los soldados estadounidenses. Y toda la región estallaría, con consecuencias imprevisibles. No es ir demasiado lejos decir que la guerra con Irán podría anunciar el comienzo del fin de EE.UU. como superpotencia.

Obviamente si un Irán nuclear amenazara en realidad la existencia de Israel, un ataque preventivo podría justificarse. Pero según los niveles más altos de la dirigencia militar y de seguridad israelíes, Irán no plantea una amenaza semejante. El reciente jubilado jefe del Mossad israelí Meir Dagan, calificó los planes de atacar Irán de “la cosa más estúpida que he oído”, y dijo que un ataque significaría una guerra regional que colocaría a Israel en una posición “imposible”.

El ex jefe del estado mayor militar de Israel, Gabe Ashkenazi, también se opone a la guerra, así como el ex jefe del Shin Beth Yuval Diskin. Otro ex jefe del Mossad, Ephraim Halevy, dijo que Irán no plantea una amenaza existencial para Israel y que un ataque “impactará a la región durante 100 años”.

Si Irán lanzara un misil nuclear contra Israel, Israel lo fulminaría al instante con las casi 200 ojivas nucleares que posee. Al contrario de las afirmaciones ignorantes hechas por halcones islamófobos como Goldberg, Irán no está dirigido por dementes decididos a cometer un suicidio nacional. (Si sus dirigentes realmente fueran “antisemitas eliminadores”, cuesta comprender por qué no han eliminado a la comunidad judía de Teherán).

De hecho, la lógica después de un ataque a Irán es idéntica a la tristemente célebre doctrina del “uno por ciento” de Dick Cheney, que sostenía que si hubiera una probabilidad del 1% de que Iraq llegara a adquirir armas de destrucción masiva, EE.UU. tendría que atacar. La doctrina chalada de Cheney está totalmente desacreditada. Pero debido a la supuesta posibilidad del 1% de otro Holocausto, vuelve a enmarcar la política estadounidense.

Lo que amenaza en realidad un Irán nuclear, como han admitido los altos funcionarios israelíes, es a la hegemonía israelí en la región. La PrimaveraÁrabe y el ascenso de Turquía ya han comenzado a erosionar esa hegemonía, y la inevitable adquisición por parte de Irán de la capacidad de construir una bomba la erosionará aún más. Israel no puede combatir esa tendencia. Han pasado los días en los que podría imponer su voluntad mediante la intimidación. Tiene que aprender a vivir con sus vecinos.

Esto nos lleva a un anatema para los belicistas: el acercamiento diplomático pleno con Teherán. Es hora de que EE.UU. ponga todo sobre la mesa –Hamás, Hizbulá, Siria, el expediente israelí-palestino, el problema nuclear, Iraq– de que trate de resolverlo todo, reconozca que Irán va a ser un importante protagonista regional y llegue a un acuerdo.

El elemento clave es el problema israelí-palestino. Si Israel llega a una paz justa con los palestinos y la Liga Árabe reconoce a Israel, toda la razón de ser de la posición negativa de Irán se eliminaría. Israel e Irán serían entonces simplemente vecinos que riñen por su terreno, junto con el resto de los países en un Medio Oriente en rápida transformación.

Israel está ante una encrucijada, y el tiempo no está de su parte. Netanyahu es un discípulo del padre del Sionismo Revisionista, Ze’ev Jabotinsky, quien argumentó que los árabes, comprensiblemente desde su punto de vista, nunca aceptarían voluntariamente la colonización sionista y sólo se les podría controlar mediante un “Muro de Acero por el que no pueda irrumpir la población nativa”.

Netanyahu no tiene la integridad intelectual de Jabotinsky, pero comparte su creencia de que la fuerza bruta es el único recurso de Israel. Para él sigue siendo 1938, los palestinos son terroristas, los enemigos de Israel son antisemitas asesinos y el Estado judío debe existir en un estado permanente de guerra.

Israel, con el apoyo de EE.UU., ha estado combatiendo a los nazis durante 63 años. Esa actitud del Muro de Acero, que ve a todos los enemigos de Israel como reencarnaciones de Hitler (como en la afirmación propagandística de Jeffrey Goldberg de que Hizbulá y Hamás “se especializan en el asesinato de judíos inocentes”) ha sido un fracaso calamitoso. No ha aumentado la seguridad de Israel. Como reconocen ahora incluso políticos israelíes de centro derecha como Tzipi Livni, ha llevado a que Israel se aísle cada vez más del mundo, que en gran parte lo ve ahora como un paria.

Y a Israel no le darán otros 63 años. Si sigue por este camino, con la ayuda de sus falsos “amigos” en EE.UU. que insisten en combatir a Hitler resurgente hasta el último israelí (y el último estadounidense), Israel está condenado. Pero si abandona su contraproducente teoría del Holocausto podrá vivir en paz con sus vecinos y unirse al mundo.

Desde la fundación de Israel de las cenizas de la Solución Final, el Holocausto ha estado en el centro de la identidad nacional de Israel. Esa identidad se reafirma todos los años, cuando a las 10 de la mañana resuenan las sirenas en todo Israel para conmemorar el Holocausto. Durante esos dos minutos, todo se paraliza. Incluso se detiene el tráfico en la calle.

Es comprensible que un pueblo que ha sufrido uno de los más horripilantes genocidios de la historia de la humanidad lo conmemore y jure que no permitirá que vuelva a ocurrir jamás. Pero la historia está repleta de desagradables ironías, y a veces la reacción a un trauma asegura que siga ocurriendo.

Una joven judía polaca llamada Ruth Grunkraut y su madre fueron enviadas a Bergen-Belsen. La madre de Grunkraut murió solo seis días antes de que los Aliados liberaran el campo. Antes de morir dijo a su hija: “Tienes que vivir. Tienes que vivir por mí”.

Los anales del Holocausto están repletos del mismo mensaje: Tienes que vivir. Un ataque contra Irán se realizará en nombre de las víctimas del Holocausto. Pero ese ataque, en lugar de salvar el Estado judío, firmará su sentencia de muerte. Israel y sus partidarios estadounidenses deben más a los millones de seres humanos cuya última plegaria, antes morir, fue que sus hijos vivan.



Gary Kamiya es escritor y colaborador de Salon.

viernes, 11 de noviembre de 2011

CARICATURAS HOMICIDAS

Berlusconi, Il Capo de tutti Capo


El peso de la crisis y los pesados de siempre

Una sonrisa obligada  para tantos desempleados en ESPAÑA
Círculo de vida

¿Mejor voltear la mirada? 
http://elmejorhumorinteligente.blogspot.com

EN BUSCA DEL REFLEJO DE OBAMA por AMY GOODMAN



Más de 10.000 personas se congregaron en Washington D.C. el pasado domingo con una meta común: rodear la Casa Blanca. Y lo lograron. Ocurrió apenas semanas después de que 1.253 personas fueran arrestadas en una serie de protestas en el mismo lugar. Esos miles de personas, igual que las que fueron arrestadas, se unieron en contra de la construcción del oleoducto Keystone XL, que se proyecta que se extenderá desde las arenas de alquitrán de Alberta, Canadá, hasta la Costa del Golfo de Texas. La amplia coalición internacional en contra del oleoducto comenzó a formarse desde que el Presidente Barack Obama asumió la presidencia, y ahora se acerca el plazo para que el gobierno confirme si aprueba o rechaza el proyecto.
Bill McKibben, fundador del movimiento mundial contra el cambio climático 350.org, me dijo: “Esta causa no solo se ha convertido en la lucha más importante desde el punto de vista ambiental en muchos, muchos años, sino quizá también en el tema de los últimos tiempos en el que el gobierno de Obama ha sido más directamente confrontado por el ciudadano común. En este caso se trata de gente con buena disposición, esperanzada, que muere porque el presidente sea el Barack Obama de 2008”.
Hasta hace poco el presidente simplemente se ocultaba detrás del argumento jurídico de que, como el oleoducto viene desde Canadá, el ámbito adecuado para tomar esta decisión era el Departamento de Estado de Estados Unidos, y que la decisión, en última instancia, recaería sobre la Secretaria de Estado, Hillary Clinton. Eso fue hasta que un ex colaborador clave del círculo de confianza de Clinton fuera denunciado como actual lobbista de la empresa TransCanada, que justamente es la que pretende construir el oleoducto Keystone XL. El grupo ambientalista Amigos de la Tierra ha denunciado una serie de vínculos entre la maquinaria política de Clinton y el oleoducto Keystone XL. Paul Elliot es el principal lobbista de TransCanada en Washington con respecto al oleoducto. Ocupó un alto cargo en la campaña electoral de Hillary Clinton en 2008, trabajó en la campaña de reelección de Bill Clinton en 1996 y en la campaña de Hillary Clinton al Senado en el año 2000.
Tras haber presentado una solicitud en virtud de la Ley de Libertad de Información, Amigos de la Tierra (AT) pudo acceder a correos electrónicos que documentan conversaciones de 2010 entre Paul Elliot y Marja Verloop, a quien AT describe como “alto cargo diplomático de la Embajada de Estados Unidos en Ottawa”. En uno de los mensajes, Verloop felicita a Elliot por haber obtenido el apoyo del senador demócrata conservador Max Baucus para el proyecto Keystone XL. En el mensaje, la funcionaria expresaba: “¡Muy bien, Paul! El apoyo de Baucus tiene peso”.
Otra persona que fue arrestada en la Casa Blanca durante las protestas de agosto y septiembre es la escritora canadiense Naomi Klein. Dijo acerca de este intercambio de correos electrónicos de tono cómplice: “La respuesta del Departamento de Estado fue 'Bueno, también nos hemos reunido con los ambientalistas'. Pero imagínenlos respondiendo un mensaje de Bill McKibben que dijera: 'Hay más de 1.200 personas arrestadas'. ¿Ellos responderían '¡Muy bien, Bill!'? El día en que eso suceda, dejaré de preocuparme”. Klein explicó a continuación el impacto que el proyecto Keystone XL tendrá en el medio ambiente: “Las arenas de alquitrán emiten tres veces más gases de efecto invernadero que un barril de crudo canadiense normal debido a que, por supuesto, es sólido. Entonces, es preciso utilizar mucha energía para extraerlo, licuarlo y ponerlo en el oleoducto”.
Pero la polémica no termina ahí. El New York Times reveló que el Departamento de Estado eligió como grupo externo para realizar el estudio de impacto ambiental de Keystone XL a una empresa denominada Cardno Entrix. Resulta que Cardno Entrix menciona como uno de sus principales clientes nada más y nada menos que a TransCanada. Los impactos ambientales podrían ser devastadores. En primer lugar existe la posibilidad de que se produzca un derrame catastrófico de arenas de alquitrán tóxicas, y en segundo lugar, pero no menos importante, la posibilidad de que haya impactos a largo plazo en el clima mundial. La campaña de Obama también recibió críticas por haber contratado a Broderick Johnson, un lobbista que antes representaba a TransCanada.
El gobernador republicano de Nebraska, Dave Heineman, convocó una sesión especial del parlamento estatal a partir del 1 de noviembre para hablar del oleducto. Tras una semana de deliberaciones,se están revisando varios proyectos de ley, entre ellos el LB1, la ley más importante sobre oleoductos, que exigiría una rigurosa revisión de cualquier oleoducto que atraviese Nebraska, lo que demoraría considerablemente el proceso de aprobación de Keystone XL. El movimiento en Nebraska es muy diverso, comprende desde ambientalistas hasta productores ganaderos e indígenas estadounidenses.
El inspector general del Departamento de Estado está investigando si se cumplió con todas las leyes y reglamentos federales en el proceso de otorgamiento del permiso, y el Presidente Obama ahora afirma que será él quien tome la decisión final. Alrededor de Obama rondan las poderosas empresas que presionan a favor del oleoducto, pero ahora también se encuentra rodeado por las personas que se manifiestan frente a su ventana, a quienes necesita para ser reelegido. Como dijo Bill McKibben acerca de la cadena humana que rodeó la Casa Blanca: “Cada pancarta que la gente llevaba ayer tenía citas de la maravillosa retórica de aquella campaña electoral: 'Es hora de terminar con la tiranía del petróleo', 'En mi gobierno, el aumento del nivel del mar comenzará a enlentecerse'. Estamos a la espera de que aparezca una especie de destello, de eco de aquel Barack Obama que le haga hacer lo correcto con respecto al oleoducto”.

Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2011 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 350 en español. Es coautora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

jueves, 10 de noviembre de 2011

¿THE BIG BROTHER?



“Bibliotecarios ninjas” de la CIA vigilan actividad de los usuarios en las redes sociales

En un parque industrial cuya ubicación no se puede revelar, analistas de la CIA que se autodenominan jocosamente los “bibliotecarios ninja” revisan una gran cantidad de información que la gente publica sobre sí en el exterior, rastreando de todo, desde la opinión pública hasta revoluciones.
El esfuerzo del grupo da a la Casa Blanca una instantánea diaria del mundo con base en tuits, artículos de periódicos y actualizaciones de Facebook.
El Centro de Fuentes Populares de la agencia a veces revisa 5 millones de tuits por día. Los analistas también inspeccionan canales noticiosos de televisión, estaciones locales de radio, salas de “chat” en internet, todo aquello a lo que la gente pueda tener acceso y contribuir.
The Associated Press obtuvo una vista al parecer sin precedente de las operaciones del centro, incluso una gira por sus instalaciones centrales. La AP accedió a no revelar el lugar exacto y a resguardar la identidad de algunos que trabajan allí porque gran parte del trabajo del centro es secreta.
Desde árabe hasta mandarín, desde un tuit indignado hasta un blog juicioso, los analistas recogen la información, a menudo en una lengua autóctona. La comparan con algún periódico local o una conversación telefónica interceptada. A partir de esos datos, compaginan un cuadro que llega a los mayores niveles de la Casa Blanca. Puede ser un atisbo en tiempo real, por ejemplo, sobre el ánimo reinante en una región después de la operación comando que mató a Osama bin Laden, o quizás una predicción de qué nación en el Oriente Medio está madura para una rebelión.
Por cierto, vieron que se estaba gestando la rebelión en Egipto, aunque no sabían exactamente cuándo podía estallar, dice el director del centro, Doug Naquin.
El centro había “pronosticado que los medios sociales en lugares como Egipto podían constituir una amenaza para el régimen”, afirmó en una entrevista.
Esas oficinas de la CIA fueron creadas en respuesta a una recomendación de la Comisión del 11 de Septiembre, con prioridad antiterrorista. El organismo predecesor sufrió cortes de personal en los años 90, algo que la dirección de la CIA prometió tratar de que no vuelva a ocurrir.
Los varios centenares de analistas del centro -la cifra total es secreta- rastrean una amplia gama de temas, incluso el acceso de los chinos a internet y el ánimo prevaleciente entre la población de Pakistán.
Aunque la mayoría de los analistas están en Virginia, también trabajan desde embajadas estadounidenses en todo el mundo para ver más de cerca a sus sujetos.
El análisis del centro se incorpora al informe diario de inteligencia para el presidente Barack Obama de una forma u otra. El material suele usarse para responder preguntas que plantea Obama a su círculo de asesores de inteligencia.
Como director, Naquin es identificado públicamente por la agencia, aunque el lugar del centro se mantiene en secreto para impedir ataques, físicos o electrónicos.
Naquin cree que la próxima generación de medios sociales probablemente serán redes de teléfonos celulares por suscripción. Esas redes sólo pueden ser penetradas por oficinas técnicas de la inteligencia estadounidense, como la Agencia Nacional de Seguridad, aunque Naquin pronostica que sus colegas hallarán un modo de adaptarse.
(Con información de AP)


Alucinante información sobre el desatado control que pretende ejercer el Imperio del poder. 
The matrix have you?

miércoles, 9 de noviembre de 2011

EL REGRESO DEL DR DOOM


Sus análisis, tan agudos como sombríos, hacen honor a su sobrenombre de Doctor Doom, personaje de cómic conocido como Doctor Muerte en España. Se lo ganó en 2006, cuando predijo el crash del mercado inmobiliario estadounidense. Este hijo de judíos iraníes creció en Italia y estudió en Milán y Harvard. Trabajó como asesor financiero del Departamento del Tesoro estadounidense en los años de Bill Clinton y en la actualidad da clases en la Universidad de Nueva York. Su empresa de asesoría financiera, que ahora parece haber puesto a la venta, cuenta con 100 empleados y 1200 clientes en todo el mundo. Puede llegar a cobrar 70.000 dólares por una conferencia de una hora, y entre sus clientes hay multinacionales, fondos de inversión y 70 bancos centrales. Los economistas no suelen hacerse millonarios, pero Roubini lleva camino de ser una excepción.

XLSemanal. Señor Roubini, ¿ya ha salido a manifestarse hoy?
Nouriel Roubini. ¿Debería?
XL. Bueno, hay gente manifestándose contra los banqueros de Wall Street no muy lejos de su despacho…
N.R. …quizá esté comenzando ahora en Estados Unidos algo que ya lleva tiempo pasando en otros países del mundo: una revuelta social y política, una protesta contra la creciente desigualdad. La Primavera Árabe también tuvo causas sociales. Los recientes disturbios de Londres no fueron solo cosa de hooligans. En Israel, la clase media se ha manifestado contra la injusticia social. En Chile son los estudiantes y luego, claro, tenemos los jóvenes de su país, España, y el caso de Grecia. La gente teme por su futuro... y con razón.
XL. Tal vez sea que la gente está sospechando lo peor: que los miles de millones que se han gastado los gobiernos para combatir la crisis financiera no han servido de nada.
N.R. En la primera crisis de hace tres años, los gobiernos todavía parecían tener soluciones. Sus medidas impidieron una depresión global, aunque el mundo llegó a estar en caída libre. Rescatar el sistema financiero, salvar a unos banqueros sin escrúpulos, aquello fue lo correcto en ese momento.
XL. En Wall Street vuelven a ganar tanto dinero como antes, este año serán más de 100.000 millones de dólares. Sin embargo, paradojas de la vida, ahora son sus salvadores quienes se encuentran en dificultades y tienen a su vez que ser rescatados. La cuestión es: ¿rescatados por quién?
N.R. A los estados se les está acabando la munición. Siguen estando endeudados; algunos son prácticamente insolventes. Nos hallamos en parte ante verdaderos gobiernos-zombi.
XL. Perdone, pero ¿todo esto es por culpa de Grecia, por culpa de un país pequeño y pobre del sur de Europa que en su día hizo trampas para entrar en el euro?
N.R. ¡No, naturalmente que no! Los políticos infravaloraron ampliamente las dimensiones de la crisis del año 2008. No se trataba de una recesión normal, sino ¡de una enorme crisis financiera!
XL. Bueno, da la impresión de que todo el mundo es más listo cuando mira las cosas a tiro pasado. Los expertos como usted, también...
N.R. Puede ser. Pero la experiencia extraída de siglos de historia de crisis financieras nos demuestra que hacen falta años para superar una crisis de este tipo. Hay que ahorrar, y eso implica varios años de adaptaciones muy dolorosas. Los políticos europeos, pero también el presidente Obama, decidieron adoptar programas de estímulo a corto plazo para combatir la pérdida de confianza. Despertaron falsas esperanzas. Su mensaje tendría que haber sido más bien: sangre y lágrimas.
XL. Según usted, ¿qué está haciendo mal Europa?
N.R. Europa tiene que actuar con mucha más decisión. El problema del endeudamiento será cada vez mayor. Los bancos se encuentran amenazados; de hecho, algunos estados son insolventes en la práctica. Grecia lo es. Portugal se encontrará en la misma situación en un tiempo no muy lejano, quizá también Irlanda. El tiempo se nos acaba.
XL. Bueno, estos estados recibirán la ayuda del fondo de rescate europeo, ampliado recientemente gracias a un enorme esfuerzo político.
N.R. El problema es que el paracaídas sigue siendo demasiado pequeño. Esos millones dan como mucho para llegar a fin de año. Ya está previsto que la mitad vaya a Grecia, Portugal e Irlanda. Pero hace tiempo que el tema son los dos grandes elefantes: España e Italia. Ambos países están endeudados por valor de dos billones de euros. Ya tienen enormes problemas de pago, se encuentran bajo la amenaza de la falta de liquidez…
XL. …porque los intereses que tenemos que pagar por nuestra deuda no dejan de aumentar. España, y también Italia, acaban de ver una nueva bajada en sus calificaciones.
N.R. Sí. Y hay que abrir ya un cortafuegos en torno a España e Italia. Eso solamente es viable si se amplía el fondo de rescate europeo de una forma masiva y, además, en un plazo de unas pocas semanas. Necesitamos, por así decirlo, un arma defensiva, un bazuca.
XL. Como si tuviésemos que entrar en guerra con los actores de los mercados financieros.
N.R. Según nuestros cálculos, es fundamental elevar el fondo al menos a dos billones de euros.
XL. ¿De dónde se supone que va a salir todo ese dinero? ¿De Alemania? Perdone, pero está usted alimentando el pánico.
N.R. No. Simplemente no me gusta andar con rodeos. Y los alemanes tienen que garantizar todo esto. Si no, la eurozona podría venirse abajo.
XL. ¿Los alemanes tienen que salvar a España e Italia, a toda Europa? Imposible. No creo que estén por la labor...
N.R. Por un lado, sí. España e Italia son demasiado grandes para ser salvados, pero también son demasiado grandes como para dejar que se hundan. En última instancia, solamente Alemania puede salvar la eurozona. ¿Que si puede salir mal? Sí. Pero a Alemania no le queda más remedio que asumir ese riesgo.
XL. ¿Y cree que Angela Merkel está dispuesta a hacerlo? ¿Lo dice en serio?
N.R. Soy consciente del riesgo político y financiero que supone. En el caso de Grecia, los alemanes se han dedicado a arremeter contra los tramposos griegos, pero parece que se han olvidado de que las empresas alemanas han vendido sus productos a Grecia también a crédito y de que el dinero del rescate a Grecia al final sirve para salvar las empresas y los bancos alemanes.
XL. ¿Espera que Angela Merkel, una persona que odia los riesgos, asuma unos tan gigantescos?
N.R. Alemania tiene que demostrar de una vez por todas su capacidad de liderazgo. Si Alemania actúa con rapidez y acepta la ampliación del fondo de rescate, otros países seguirán su ejemplo. No tenemos otra alternativa. Ahora todo depende de Alemania.
XL. ¿De ahí la enorme presión que Estados Unidos está ejerciendo sobre Alemania y los países de la eurozona? Robert Zoellick, el presidente del Banco Mundial, exige liderazgo; Obama incluso ha llamado personalmente a varios presidentes.
N.R. Sí. Desde la perspectiva norteamericana, Europa es una bomba de relojería. Si Europa estalla, Estados Unidos, que vuelve a encontrarse en una recesión nueva aunque más suave, se vería arrastrado. Obama podría perder las elecciones por eso. Para decirlo con claridad: nos amenaza un momento Lehman Brothers elevado a la décima potencia.
XL. Menudos ánimos. El hundimiento de Lehman en septiembre de 2008 está considerado el desencadenante de la crisis financiera...
N.R. Existe el peligro de un desplome financiero global, de una depresión global. En algunos aspectos sería similar a la de 1931, cuando el gran crash bursátil se convirtió en una gran depresión.
XL. Incluso se afirma que Alemania podría ver rebajada su nota.
N.R. No se puede descartar una bajada de la calificación. Alemania podría perder el estatus de AAA, igual que Francia. Pero en estos momentos el verdadero dilema es elegir entre el mal grande o el pequeño. Si Alemania actúa, hay una alta probabilidad de éxito. Se podría confiar en que los mercados se calmaran.
XL. Se dice que los mercados financieros están atacando a países enteros. ¿Por qué los políticos, los gobiernos, los presidentes de estados no pueden pararlos?
N.R. A los especuladores, a los fondos de inversiones o a los malvados banqueros se los puede culpar de muchas cosas, se les puede echar en cara sus excesos. Pero ¿han causado ellos la crisis de Grecia o el endeudamiento público de Italia? ¿Los mercados financieros tienen la culpa de que un idiota como Berlusconi sea presidente del Gobierno? Sí, muchos bancos y aseguradoras se están alejando de las emisiones de deuda de España e Italia, pero lo hacen porque de esa manera reducen su nivel de riesgo y, con ello, el riesgo de sus impositores individuales. No obstante, también es cierto que hemos perdido una gran oportunidad de frenar a los bancos. La reforma de los mercados financieros ha fracasado.
XL. Sin embargo, los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en la primera cumbre del G-20 centrada en la crisis, la celebrada en Washington en noviembre de 2008, elogiaron los beneficios de adoptar una amplia regulación.
N.R. Sí, y el presidente Obama se reunió poco después con 13 grandes banqueros. Se comenta que les dijo: «El único que todavía se alza entre ustedes y la guadaña soy yo». Se refería, en sentido figurado, a las guadañas y horcas que empuñaban los campesinos durante la Revolución francesa.
XL. ¡Y los bancos fueron salvados!
N.R. Apenas se ha hecho nada desde entonces, desgraciadamente, tampoco en Europa. Es escandaloso. Sigue habiendo grandes bancos, sus departamentos de inversiones siguen especulando como antes. En este campo es necesario hacer reformas urgentes, como la separación de la banca de inversiones y la banca comercial, por ejemplo. Hay que desmontar empresas financieras como Goldman Sachs o Citigroup. Solo su enorme tamaño ya supone un peligro para todo el sistema.
XL. ¿Pero todo se reduce a regulación? ¿No se trata también de juego limpio, de la responsabilidad social de los banqueros? ¿El libre mercado no depende de la moral humana?
N.R. Preferiría dejar a un lado ideologías y moral. La ambición y el placer del riesgo siempre existirán. Lo que debemos preguntarnos es en qué sistema económico queremos vivir en el futuro. Lo cierto es que el modelo angloamericano del libre equilibrio de las fuerzas ha fracasado. Por su parte, el modelo europeo del estado de bienestar está también en la cuerda floja, tal y como demuestran las crisis de la deuda.
XL. ¿Cree usted que el capitalismo se está destruyendo a sí mismo?
N.R. No, pero en los últimos años ha tenido lugar, sobre todo en EE.UU. y Europa, un enorme desplazamiento de ingresos y prosperidad, un corrimiento desde la clase media hacia los ricos, del trabajo al capital, de los salarios al beneficio empresarial. Por ejemplo, el porcentaje de los ingresos generados por el trabajo ha registrado en EE.UU. un claro retroceso. Está teniendo lugar un enorme proceso de redistribución de la riqueza.
XL. ¿Así que al final Carlos Marx tenía razón?
N.R. Su utopía carecía de sentido, muchos de sus pronósticos estaban equivocados. Pero parece que, en parte, Marx tenía razón. A fin de cuentas, hay firmes bases económicas para preocuparse por esta redistribución de la riqueza. Las personas ricas consumen menos. Ningún multimillonario se gasta todo su dinero. Pero las familias con unos ingresos medios sí que lo hacen.
XL. Su consumo provoca crecimiento. Pero si, tal y como sucede ahora, las familias disponen de menos dinero, la economía se paraliza.
N.R. Las empresas eliminan puestos de trabajo, dado que la demanda de sus productos se reduce. La destrucción de empleo reduce aún más los ingresos del trabajo y aumenta la desigualdad.
XL. Pero las personas con deudas tienen que seguir ahorrando. Y eso se puede aplicar también a los estados. Pero, al mismo tiempo, usted exige la adopción de más programas de estímulos. No parece que ambas cosas sean compatibles.
N.R. No hay que ahorrar hasta matarse de hambre. Alemania debería aplicar otro programa de estímulos. En Europa también se acabará llegando a una nueva recesión. Los pronósticos de crecimiento económico de la eurozona se encuentran en estos momentos en el 0,1 para el año próximo. Pero parece que los alemanes no quieren escuchar… Es un gran error.
XL. Alemania tiene fijado por ley un límite de endeudamiento.
N.R. Ahorro sí, pero a medio plazo, en tres, cinco años. Lo que pasa es que a los alemanes les preocupa la inflación. La inflación ha subido del 2 al 2,5 por ciento, mientras que ahí fuera podría producirse un crash financiero… ¡Vamos, hombre! Con todos mis respetos hacia el miedo histórico de los alemanes, estamos hablando de controlar una crisis que afecta a los estados. Pero de Alemania solo nos llega «nein, nein». Ningún país es una isla. Y tampoco lo es Alemania.
Katia Gloger