A LUCHO HAY QUE BAJARLO MUCHO
Por Hugh Player
Me contaron que cuando el Tobi vió las últimas demográficas se jaló con desesperación la papada y mandó llamar a los muchachos del creativo departamento de psicosociales.
Lucho no solamente estaba por encima de lo normal en la aprobación de su gestión municipal y en el primer lugar en las preferencias electorales como candidato presidencial, sino que además estaba bastante lejos ante la poca prestancia de los bobalicones opositores light que tiene el regimen cuya mayor virtud ha sido neutralizar con facilidad a sus limitados detractores.
Sin contar que el fujimorismo se sigue disolviendo en la permanente contradicción de mantener la cuota de los canjes cutreros de siempre y pretender disfrazar a la rolliza hijita del sátrapa de futura presidenta. (¿de algún Kabuto?) y en contar con sujetos como el Mapache Raffo de contraproducente relacionista público.
Sin embargo hoy y de todos los frentes, chuponeadores y chuponeados, cual rabiosos toys dogs han salido a largar ataques de todo calibre contra el chiclayano de las pocas palabras ( poco yerra el que poco habla) y hasta hemos visto una marcha de vecinos barranquinos -algo cinicones- reclamando por el Barranco Cultural que ha sido supuestamente ultrajado y maleteado en el proceso de construir el necesario corredor metropolitano a inagurarse en diciembre.
Ahora, alguien en su sano juicio puede creer que ese distrito con casas que se caen de lo viejas y antiguas que son, lleno de cantinas y pubs y que los fines de semana se convierte en una gigantesca procesión de borrachos rumbo al chupodromo perdido en donde corre la droga suavemente y el meretricio esta a la orden del primer troncho y la línea de pichicata es un distrito cultural o al menos culturoso.
Por favor, no me muevan mas la mecedora automática con la portatil de vecinos ociosos reclamando ordenamientos viales porque hay una buena manito de manipulación interesada que se juega en torno a dos negocios que chocan contra la administración municipal: el proyecto Costa Verde y el Tren Eléctrico (que cuenta con el record de ser la construcción mas antigua del mundo) que todavía no sabe si va a pasar por las inútiles columnas de San Borja o si van a construirle un nuevo recorrido y por lo tanto habrá mas Sergios Siragusas que atender.
Ojala que también cambie el clima porque una cadena de hoteles en la neblinosa costa verde de esta ciudad no va a funcionar productivamente como los negocios de esa área porque desde mayo hasta diciembre hace un frío húmedo que no invita a tirarse el trote hasta la playa para después estar pirrándose de frío.
Castañeda es un tipo bastante listo y sabe que mejor es no responder. Así las acusaciones bobaliconas se diluyen, no rebotan mas de un día y todos nos damos cuenta que esas denuncias no tienen nada de ciertas y que nunca llegan a estar en manos de la justicia para que las investiguen y sancionen conforme a la ley, aunque la contraloría audita y vigila al municipio constantemente.
La cosa es simple, el huerequeque anda lejos en las verdaderas encuestas y el gobierno lo sabe y necesita bajarlo del ranking, amén de sus clásicos psicosociales que tratan de tapar -por ejemplo- el reparto de obras que aparecieron como decretos de urgencia en El Peruano este 30 de enero y que tiene 52 proyectos de inversión que ya sabemos en manos de que Pepelin iran a dar con el cuento de las medidas anticrisis. Obviemnos los cuentos y dejemos que el Alcalde haga su chamba y entregue las obras en las fechas pactadas para evaluar con objetividad su trabajo. Y en ese aspecto hasta el momento el score favorece largamente al Burgomaestre de esta Lima que se va pero que nunca termina de irse.
Le guste o no a sus detractores, le de celos al Tobi o le malee los negocios a los empresaurios del club de los lunes. Y conste que yo soy de izquierda, caviar, (pero de salmón nomás) y con Stolichnaya para bajar, como cualquier hijo del destino.
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