LA CORRUPCIÓN NORMALIZADA
ENCUESTA SOBRE BARACK OBAMA DE LA BBC DE LONDRES.
La BBC de Londres está realizando una encuesta entre sus electores sobre la popularidad del presidente Obama. Los resultados son, al momento, poco alentadores, sobre todo si se tiene en cuenta que, hasta hace solo un año, el actual primer mandatario de los Estados Unidos había provocado un tsunami de esperanza en un país hastiado por las mentiras y mediocridades de George W. Bush y en un mundo temeroso de los modales cada vez más belicosos y primitivos de la superpotencia. Las cifras que expresa la actual encuesta ponen de manifiesto que, para los opinantes, las cosas no han cambiado casi nada y que la luz que pareció encenderse cuando Obama llegó al poder es cada día más opaca. Los resultados hasta ahora son los siguientes: “Es muy temprano para evaluar su trabajo: 14%; su actuación no ha sido significativa: 27%; pobre, todavía necesita mejorar mucho: 13%; regular, el cambio prometido aún no llega: 15%; buena, pero falta pasar de la intención a la acción: 15%; muy buena, se nota el esfuerzo realizado: 10%, y excelente, el mundo es un mejor lugar desde su llegada: 6%”.
Es decir que, entre quienes creen que aún es prematuro juzgar su trabajo, quienes piensan que aún falta pasar de la intención a la acción y los que lo evalúan negativamente, hay un 84%. Los votos decididamente positivos solo suman un 16%. No son cifras muy halagüeñas para quien, luego del horror bushiano, tenía todo servido en bandeja para ilusionar a sus compatriotas y tranquilizar al mundo. Nada de eso ha ocurrido hasta ahora, especialmente en el orden internacional, y las tendencias que se perfilan hacen pensar en más guerras, más pesares, más contaminación y, posiblemente, una vida más larga que lo deseado para la crisis actual. Al respecto, el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, opina que la misma se prolongará, por lo menos, hasta el 2013.
DELICIAS AFGANAS.
¡Uno de cada tres afganos considera que la corrupción es normal!
La Oficina de Crimen y Drogas de Naciones Unidas (UNODC) señala que la corrupción es el mayor problema en ese país y que, el año pasado, más de la mitad de la población tuvo que pagar al menos una vez un soborno a algún funcionario del Gobierno. “El informe, que se basa en entrevistas a 7,600 personas en 12 capitales y 1,600 pueblos del país, señala que más del 60% está más preocupado por este fenómeno que por la inseguridad o el desempleo”. Según el trabajo de la UNODC, el promedio de los sobornos fue de US$160, poco menos de la mitad del salario anual promedio en ese país, que es US$425. Leyó bien: el salario anual en Afganistán es de 425 dólares. La agencia de las Naciones Unidas explica que la mayoría de los sobornos se hizo a policías, a jueces y a políticos. No obstante, organizaciones internacionales y algunas ONG también fueron señaladas como corruptas. “Los afganos aseguraron que era imposible obtener un servicio público sin pagar un soborno”.
VERDADES DE UN DIVINO
Al igual que las enfermedades que no producen síntomas, la dictadura más peligrosa es aquella que no pasa por tal. Ambas, enfermedades asintomáticas y dictaduras solapadas, producen efectos catastróficos: en el cuerpo las primeras; en el intelecto las segundas. En las enfermedades todo está casi consumado cuando aparecen los primeros síntomas, mientras que, en las dictaduras, los síntomas solo los perciben aquellos a los que el sistema no ha logrado alienar, aquellos que siguen elaborando sus propios criterios. A las enfermedades asintomáticas se les combate con la prevención, y a las dictaduras solapadas, con el ejercicio permanente del pensamiento crítico y la difusión de una visión diferente a la que defiende el poder de turno. La reflexión nace de mi convencimiento profundo de que en los tiempos que corren –y a nivel universal– existe una dictadura mediática que ha impuesto una visión del mundo que protege los intereses de los grandes conglomerados económicos. Tan exitosa ha sido la difusión de este modelo único de pensamiento, que muchos de quienes se perjudican con él apuestan a su favor. ¿Razones? Esencialmente una: la acción de aplanadora de la inteligencia crítica que cumple la prensa más poderosa del planeta, al difundir una visión de los hechos que, en un gran porcentaje, no coincide con la realidad. Los éxitos propios se magnifican tanto como se exageran los fracasos ajenos. La imagen del mundo actual, tal como la representa la prensa, corresponde a intereses sectoriales y no se refiere, en absoluto, a la realidad. Los correos que recibo a diario me confirman esta pauperización progresiva de la capacidad crítica entre los ciudadanos. Es difícil ingresar a la conciencia del otro cuando este, bombardeado por prejuicios, estereotipos y mentiras, se ha vuelto invulnerable a considerar algo que contraríe la cosmovisión que han incrustado en su alma. Pongamos un ejemplo inactual y ajeno a política, religión o economía. ¿Podría yo hacerle comprender a la gente que Walt Disney era un canalla? Seguramente que no. Mi intento estaría condenado al fracaso pues las puertas de ingreso al pensamiento del otro serían infranqueables a toda opinión que agrediera su imaginario. No valdría de nada que yo les dijera que la relación de Walt con su padre era tan espantosa que ni siquiera fue a su funeral. Que era cruel con sus empleados, a los que aterrorizaba con comentarios humillantes, incluido su hermano Roy, que mantuvo la compañía a flote gracias a su agudeza financiera –y, sin embargo, Walt lo ridiculizaba en público–. Que contrató guardias armados cuando sus dibujantes quisieron formar un sindicato. Que despidió a los organizadores, bajó los salarios y redujo las horas de atención en la cafetería del estudio. Que, además, estuvo asociado a un grupo antisemita del mundo cinematográfico, y rechazaba la idea de contratar a gente de color para trabajar en Disneylandia. Pocos, a pesar de esto, observarán a Disney en el futuro con una mirada más crítica.
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1 comentario:
Giacosa en esta entrega nos previene del peligro que constituye poner nuestra credibilidad en "la prensa" ya que ello conlleva al "aplanamiento de nuestra inteligencia critica", sin hacernos el favor de comunicarnos cual seria "la prensa" que si merece credibilidad, osea la prensa que el lee. Eso de aplanar la inteligencia critica, es el objetivo que EL tiene para sus lectores, para que lo sigan considerando, como algunos en este foro, como el que "nos dice la verdad" o "el que nos trae cultura" o (lo mas ridiculo) "el que nos abre los ojos", Giacosa se pajea con esas opiniones sobre el, por eso no puede permitir que las atenciones de sus proselitos se tornen hacia fuentes de informacion que interrumpan ese estrecho lazo que hay entre los admiradores de Giacosa y las sandeces que dice. Lo de Disney es otro pedazo de odio que trata de sembrar.
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